𝘿𝙧𝙖𝙢𝙖𝙩𝙞𝙘

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tw: TortillaLand 2
Rebornplay

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Luego de la trágica guerra con Spreen, este le robó todo sus materiales, dejándolo totalmente vacío, en el momento que quedó inconsciente. Aunque le pidió sus cosas devuelta al argentino, este hizo caso omiso a su petición y siguió su camino.

Auron, sin querer perder tiempo, se dirigió a su casa, en la isla verde, para crear nuevamente sus herramientas necesarias y básicas que necesitaría en su día a día. En el momento que ordenó y completó su inventario en su mochila, cayó en cuenta que había perdido su flauta, y para crearla necesitaba bambú, cosa que no tenía resguardado en sus cofres.

No iba a vivir sin su flauta, eso si que no. Desde que aprendió a tocar la flauta, había creado una nueva adicción de crear melodías musicales con ese instrumento.

Había escuchado que en el jardín de Reborn había bambu, así que sin pensar más, recorrió uno de los puentes para llegar al hogar del castaño.

Cuando llegó a la entrada, se dió cuenta que una parte de la casa estaba abierta. Sin avisar o ser escuchado, se asomó y vió como Reb estaba enfocado organizando sus cofres; una sonrisa ladeada apareció en su rostro. Dio unos silenciosos pasos hasta al costado del otro para hablarle.

—¿Tienes bambú?— cuestionó de forma natural, su voz acarició ágilmente la nuca del castaño.

—Ostia, que puto susto— se sobresaltó aterrorizado, se giró para mirar a Auron, quién se aguantaba la risa tapando parte de su cara con su jersey —Me cago en Dios. Eres un cabronazo.

Dramatizó Reborn, poniendo su mano en el pecho fingiendo algún tipo de indignación sobre su vecino.

Sacudió la cabeza divertido. Un dramas haciendo drama, pensó Auron.

El rubio le explicó al que solía estar en traje sobre la ¿guerra? Si, la reciente guerra que había iniciado con el argentino. Excusando cada suceso que había pasado en la isla naranja, explicando que iba a haber mambo entre los pueblerino durante un largo tiempo.

—Pues, eso fue lo que sucedió...¿Me puedes dar el bambú?— habló dejando descolocado a Reborn.

—Pero yo no tengo bambú, cabrón. En ningún momento dije que tenía— la justificación de forma breve, y casi seca, haciendo que el más bajo perdiera la paciencia y cambiara su carácter en dos segundos.

Auron con el ceño fruncido, salió de esa casa para, literalmente, correr por todo el puente hasta llegar otra vez a su casa. No quería que le vieran la cara de tonto. Ya después veía como se la apañaría para buscar bambú.

Siguiendo el camino a su nuevo hogar, sintió como alguien lo seguía, miró de reojo hacía atrás y ahí estaba él. Reborn hacía el intento de seguirlo para que Auron no pasara un mal rato. Después de tanto tiempo conociéndolo, ya había empezado a reconocer y entender sus actitudes y pensamientos.

—Estoy aquí. Estoy aquí, no me iré a ningún lado, anormal.

El castaño lo siguió hasta llegar a la entrada de su morada, pero repentinamente cuando iba a traspasar la puerta, esta se cerró abruptamente en toda su cara, dejándolo afuera.

—Auron, ábreme— ordenó pero recibió un sonido de negación. Chasqueó la lengua —Se va a hacer de noche, no me dejes acá afuera, sabes perfectamente que aparecen un cojon de monstruos.

—No te va a pasar nada, todo está iluminado. Tú te puedes ir tranquilamente a tu casa, no tienes porqué quedarte acá— respondió esperando que Reborn se fuera, quién blanqueó los ojos ante la respuesta.

Auron sentando en el suelo, con su espalda pegada a la fría puerta de su hogar, pensaba lo idiota que podían ser sus propias acciones sin pensar antes de actuar. Y claro, su orgullo siempre le ganaba. Él mismo creía que era incapaz de manejar sus emociones, sobre él y sus más allegados.

Luego de un rato, la curiosidad del rubio hizo que mirara por debajo de la puerta. Oh, vaya, que grata sorpresa, Reborn seguía ahí, sentado en la misma posición que él estaba, esperando alguna respuesta.

—¿Acaso te quedarás ahí hasta que te abra la puta puerta?— cuestionó sin discreción.

—¿Acaso no me vas a abrir? ¿me estabas espiando?— contra preguntó, haciendo que Auron cediera a su petición.

Reborn entró sigilosamente al hogar del contrario, visualizando la decoración que lo rodeaba, hasta que se topó con el rubio, quién fingía estar muy entretenido organizando sus cofres, ignorando totalmente la presencia a cierto castaño que estaba a sus espaldas.

Reborn caminó hasta quedar detrás de Auron y posó una de sus manos en el hombro del otro, haciéndolo volver a la realidad.

—Perdón por lo de antes, soy un atontado de mierda que no sabe lo que...—iba a disculparse pero unos suaves belfos encima de los suyos detuvo sus palabras.

Las frías manos del castaño envolvieron las suyas, tal cuál como una tarde congelada de otoño la cuál estaba con una alta presencia de un viento helado, sin embargo, el cálido clima de su hogar hacía que su piel se erizara por el drástico cambio de temperatura, haciendo que se sintiera cómodo y tranquilo con ese nuevo ambiente familiar pero a la vez nuevo.

Ninguno de los dos eran capaces de alejarse ahora que se tenían uno al otro.

Lo único que pasaba por la cabeza de Auron era que los suaves y dulces labios de Reborn eran como un pequeño pero delicioso caramelo recorriendo por sus venas.

Gracias a la escasa cantidad de oxígeno que guardaba sus pulmones, se vieron obligados a separarse pausadamente.

—No te preocupes, no tienes porqué disculparte— acarició delicadamente su mejilla, sintiendo como sus dedos rozaban de manera sutil con la barba recortada del rubio —Te conozco desde hace un tiempo, sé perfectamente como eres.

Sin poder aguantarse más, Auron volvió a unirlos en un amoroso y lento beso, donde se transmitían todo el cariño que habían guardado en su corazón durante el transcurso de los años, perdiendo total noción del tiempo, envueltos en los brazos del otro.

𝙊𝙣𝙚 𝙎𝙝𝙤𝙩𝙨 ; Intenabo y RebornplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora