¡Todos Contra Hee! | Heeseung × ENHYPEN ☀️🌻

Go Away

Jungwon suspiro antes de tocar a la puerta, adentro no se escuchaba ningún sonido. Por un momento se asustó, volvió a tocar con desesperación, esta vez si recibió respuesta.

— No tengo hambre papá. Bajaré en la cena. — La voz tenue hizo a su corazón saltarse un latido. Por lo menos estaba consciente.

— Sunoo, soy Jungwon. — Apretó sus manos en el tazón con ramen que le dieron para que intentará que el rubio comiera. — Tienes que comer por lo menos un poco, rubio tonto.

— Wonnie, no quiero ver a nadie. Deja el plato ahí. Ahora lo tomo. — Escuchó lo pasos y supo que se había acercado a la puerta.

— Se que no lo harás. Tu padre ya me contó que no has querido comer. Vas a enfermarte. — Jungwon no se iría hasta lograr convencer al menor que ingiríera por lo menos un poco de agua.

— Jungwon, por favor. No tengo hambre. — Mentira. Su estómago casi lo obligaba a abrir la puerta y devorar toda comida que encontrase.

— Hagamos un trato. Si abres la puerta y tomas aunque sea un trago de agua te dejo tranquilo. — Negoció. Kim dudó pero su garganta seca le pedía a gritos una gota de agua.

— Bien, tomaré el agua. — Abrió la puerta con lentitud y apenas asomó su brazo para que se le fuera entregado el vaso pero en vez de eso recibió un jalón y la puerta fue empujada con fuerza. — Teníamos un trato.

Jungwon entro en la habitación y cerró la puerta, observó al mayor haciendo un puchero mientras se sobaba el brazo. Yang dejó la bandeja sobre la cama para regresar y tomar el brazo revisando que no lo haya lastimado. Una vez comprobó que estaba bien le dio un beso a la parte roja.

— Perdón, me obligaste a hacerlo. Ahora tienes que comer, tus padres están muy preocupados. — Tomó la mano del chico para sentarlo en la cama y tomó el tazón de ramen en sus manos llevando una porción hacia la boca del rubio. — Abre.

— Dijiste un trago de agua. — Se negó como un niño pequeño. Jungwon lo miró mal.

— Kim Seonwoo. Tienes que comer. — El pelinegro estaba muy preocupado, el chico frente a él solo negó cruzando sus brazos. Había sido así toda la semana.

Inclusive sus tíos vinieron para ver si podían convencerlo de probar alimento, no lo lograron. Por más que Chris intento, habló y chantajeo no lograr nada. Se sintió muy triste pues su sobrino siempre lo había escuchado.

— Jungwon...

— Si comes te daré una recompensa. — Yang había logrado obtener la atención de Sunoo. — Cada bocado será un beso.

Sunoo rió por primera vez esa semana, Jungwon se sintió avergonzado con sus orejas brillado en rojo.

— ¿Piensas convencerme con besos? Que te hace pensar que quiero besarte, Yang Jungwon. — Comentó con ese tono burlón que lo caracteriza.

— Porque es obvio. ¿Quién no quiera besarme? — Jugó de vuelta. — Otro trato, si aceptas ir al psicólogo seré tu esclavo. Puedes pedir lo que quieras.

— Sabes como jugar. — Levantó una ceja. — ¿Lo que yo quiera?

— Si, lo que sea.

— Bien, acepto. Dame el tazón. — Accedió. — Espero estés preparado porque como muy lento y con bocados pequeños. Tus labios quedarán hinchados.

— No moriré.

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— Muchas gracias, Jungwonie. — Seungmin no paraba de agradecer al menor por todo lo que hacía por su pequeño. — De verdad creí que mi bebé se dejaría morir.