Monday

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Heeseung caminaba por los pasillos de la facultad de administración y negocios internacionales. Tenía solo unos minutos y quería informarle a Sunoo que debía ir como cada lunes a ayudar a su madre en la cafetería.

Encontró como cada día al chico recargado en su casillero mientras hablaba con uno de sus tantos amigos. El rubio era bastante popular y eso era algo que le gustaba a Heeseung pues parecía que los problemas de autoestima del menor habían mejorado mucho.

Pasó su brazo por los hombros de su novio y le dio un beso en la mejilla como saludo.

- Hola, precioso. - Le dijo ocasionando que las mejillas del más bajo se tiñeran de rojo.

El chico con el que estaba hablando minutos antes supo que era momento de irse. Se despidió de la pareja con la mano y caminó lejos de la escena.

- ¿Ya se va?. - Los labios del rubio formaron un puchero. Heeseung asintió.

- Ya sabes, es lunes. Mamá me pidió que me fuera más temprano para ayudarle a colocar una nueva repisa. - Dijo, Sunoo lo abrazó.

- Nos vemos mañana entonces. ¿Iremos por Topokki?. - El pelinegro hizo una sonido afirmativo con la garganta. - Vaya con cuidado hyung. Le manda mis saludos a su madre.

- Claro, nos vemos mañana Ddeonu. - Le dio un rápido besito en los labios y se fue. Sunoo solo suspiró.

Llevaba ya 6 meses saliendo con Heeseung y cada día se sentía más enamorado. Le gustaba lo atento y lindo que era el mayor con él. Aunque de un par de meses para acá estuviera muy ocupado y se vieran prácticamente solo los martes. Era suficiente para el rubio pues en ese día era tratado como un príncipe. No podía pedir un mejor novio que el pelinegro.

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Los lunes eran días bastante calmados en la cafetería. Heeseung había colocado ya la repisa que su madre le pidió y ahora estaba atendiendo las mesas. La campana de la puerta anunció un nuevo cliente.

Heeseung sonrió en grande al ver el cabello castaño y la sonrisa brillante del menor. Se acercó al chico quien venía acompañado como siempre de su mejor amigo.

Ni-ki lo abrazó de inmediato con alegría. Había extrañado al pelinegro pues casi lo veía solo los lunes que ayudaba a su madre. Heeseung le regreso el abrazo al menor. Su Ni-ki se separó y le dedico una sonrisa más grande que la que ya tenía anteriormente.

- Heeseung hyung, lo extrañé mucho. - Los tres caminaron hasta la mesa que siempre ocupaban los más jóvenes. - Voy a tener una galería de arte la próxima semana y me gustaría que me acompañe.

- Por supuesto Riki. Estaré encantado de ver tu trabajos. Eres muy talentoso. - Despeinó su cabello con cariño. - ¿Qué día es?.

- El viernes. ¿Cree que tenga tiempo, hyung?. - Heeseung pensó un momento. Ese día era cuando salía con Sunghoon pero no pasaría nada si no se veían esa semana.

- Para ti siempre estoy disponible, Kiki - Le sonrió y pellizco con delicadeza la mejilla del japonés. - ¿Qué van a querer hoy, chicos?

- Al fin me toma en cuenta. Quiero lo de siempre. - Habló Taki quien hasta ese momento solo observaba en silencio.

- Lo mismo, hyung. - Heeseung asintió y se retiró para buscar los alimentos de los menores. - Viste eso Taki, estoy seguro que no tarda en pedirme se su novio.

- Ni-ki, ¿no crees que Heeseung hyung es algo mayor para ti?. - Opinó el más bajo. Ni-ki bufó

- Es no importa. Para el amor no hay edad Taki. - Dijo Ni-ki con confianza. - Pronto seré el novio de hyung y te diré te lo dije.

- Sólo, no te confíes tanto Ni-ki. Puede que Heeseung no sea lo que aparenta.

- Dices eso porque a ti K hyung si te engañó pero es diferente, Heeseung hyung es diferente. - Defendió Ni-ki mirando al mayor quien le sonreía desde la distancia.

Si tan solo Ni-ki supiera la verdad...

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Ni-ki y Heeseung se conocieron hace ya un par de meses, cuando Heeseung ayudaba a su madre con la cafetería y el pequeño castaño iba cada lunes con sus amigos. Desde el primer instante Ni-ki se sintió encantado con el mayor que parecía ser tan atento y amable.

Una día en el que el japonés fue solo, Heeseung se sentó a hacerle compañía. Charlaron por horas hasta que fue momento de que el menor volviera a casa. Heeseung lo acompañó pues no vivía muy lejos. Al despedirse el pelinegro dejó un tierno beso sobre la mejilla abultada de Ni-ki quien no pudo evitar saltar de emoción cuando el mayor se fue.

Desde ese día siguieron las platicas y los paseos por los alrededores, hasta que Ni-ki se convirtió en la adoración de Heeseung. Sentía que podría hacer cualquier cosa que el pequeño de ojos brillantes le pidiera, solo un puchero bastaba para que le concediera lo que pedía. Pero, Heeseung le había dejado claro que solo eran amigos, claro que sabia de los sentimientos del japonés, no iba a corresponderle pues lo veía como a un pequeño y no quería meterlo en todo eso de los múltiples novios.

"Ni-ki no merece eso, merece alguien que lo ame y le atención solo a él."

Ese era siempre su pensamiento.

Ni-ki por otro lado pensaba que podía ganarse el amor de hyung en algún momento, solo debía esperar un poco más. Talvez en unos meses Heeseung le correspondería. Por ahora se conformaba con ser alguien especial para el mayor.

Heeseung dedicaba cada lunes solo a Ni-ki, aunque no dudaba cancelar algun otro compromiso solo por él castaño de sonrisa preciosa.

¡Todos Contra Hee! | Heeseung × ENHYPEN ☀️🌻 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora