Tuesday

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Sunoo esperaba emocionado a que Heeseung fuera a buscarlo a su facultad para poder ir a su cafetería favorita. Como cada martes, su novio lo llevaba a comer todos los postres que deseara o comían en algún lugar del centro comercial. Después caminarían tomados de las manos todo el camino a casa del menor.

Aveces Sunoo se sentía triste de solo poder salir con su novio un día a la semana por eso aprovechaba tanto como podía.

No iba a reclamarle nada, Heeseung estaba muy ocupado ayudando a su madre y siendo el presidente estudiantil. Era bueno que se diera un día completo de su apretada semana para salir con él.

Sunoo amaba la manera en que Heeseung lo trataba, el mayor era muy dulce con él, lo cuidaba, lo mimaba y le compraba todo lo que pedía. Sunoo sentía que estaba tontamente enamorado. Por eso es que a cambió de lo bien que era tratado era muy cariñoso con el pelinegro.

Todos sus amigos envidiaban al rubio por tener un novio tan guapo y considerado. Eso solo aumentaba el ego de Kim.

- Perdón, Nunu. ¿Esperaste mucho, bonito?. - Heeseung llegó casi corriendo al encuentro con el menor. Le dio un abrazo y un beso en la mejilla como cada que se veían.

— Nop, llegas justo a tiempo hyung. — Le dijo sin borrar su bonita sonrisa. Heeseung tomó su mano.

— Vamos, debes tener hambre bebé. — Habló cariñosamente y comenzaron su camino hasta el centro comercial.

Heeseung tenía un auto que no usaba cuando salía con el rubio pues ambos preferían caminar por las calles y admirar el paisaje. Además que Sunoo sentía que así podían pasar más tiempo juntos.

— Hee... — El rubio se detuvo, no sabía si terminar con su oración. Quería invitar al mayor a su casa a probar una nueva receta que le enseñaron en el club de cocina pero no sabía si el pelinegro quería ir hasta su casa.

— Dime, bonito. — Acarició el dorso de la mano del más bajo y Sunoo sintió mayor confianza para hablar.

— ¿Podemos ir a mi casa? Yo preparé un postre en el club de cocina y quiero que lo pruebe.

— Claro, Nunu. Entonces, ¿te parece que vayamos en mi auto? — Heeseung no podía negarle nada, al final se sentía culpable de dedicarle solo un día a su novio. — Podemos ver una película en tu casa después de comer.

— Si, me encanta la idea hyung. Vamos. — Asintió emocionado. Al parecer hoy podría tener a su chico toda la tarde.

Se afirmó al brazo de su mayor y caminaron hasta el estacionamiento trasero. A la lejanía un chico de cabellos azabache los miraba con molestia. No haría nada por ahora, esperaría a mañana.


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La casa del rubio no estaba muy lejos así que fue un camino rápido. Sunoo no paraba de hablar de su día y cosas graciosas que le pasaron. Heeseung solo escuchaba atentamente y reía con todas las anécdotas. Su mano todo el tiempo entrelazada con la del menor. No mentía al decir que amaba pasar tiempo con Kim.

Esa era una de las razones por la que cada día se sentía más mal por sus acciones. Debía poner un alto a todo este problema. Como sus amigos le dijeron no estaba bien que estuviera engañando a todos esos chicos. Debía tomar una decisión.

—  Hee hyung. — Llamó Sunoo una vez que entraron a la casa. — Espere un poco en lo que caliento el Topokki y saco el postre de la nevera.

— Puedo ayudarte, bonito. — Se ofreció pero Sunoo negó y le dio un besito en los labios mientras se ponía en puntitas.

— Está bien, mejor vaya escogiendo la película. No tardo. — El más bajo se alejó y Heeseung se quedó de pie con las mejillas rojas. Aún no se acostumbraba a que el menor fuera tan decidido y atrevido.

Después de un momento se encaminó a la sala para hacer lo que el rubio pidió. Como dijo Sunoo no tardó mucho y pronto se acercó con una charola. Había dos tazones de topokki, un plato con un trozo de pastel y dos vasos de refresco. Heeseung se levantó para ayudarle con la charola y la dejó sobre la mesita.

Se acomodaron en el sofá y comenzaron a comer entre risas y jugueteos. Heeseung limpiaba con cariño las machas del rostro al chico que llenaba sus mejillas de comida. Una escena completamente adorable.

— Comes con un bebé, Nunu. — Se jactó Heeseung y tomó el rostro de Sunoo entre sus manos para apretar sus mejillas. Rió viendo el lindo puchero que formaban los labios rosados del rubio. — Eres precioso.

— Hee, podrías soltarme. — Habló como pudo. Heeseung volvió a reír y se agachó para besar ambas mejillas y por último sus esponjosos labios.

— Sunoo, te quiero. — Se sintió mal después de decirlo. No porque no lo sintiera, sino por la mirada brillante de Kim. Esos ojos que lo amaban sinceramente y él les pagaba con engaños.

— También lo quiero Hee hyung. — Respondió Sunoo una vez el mayor lo soltó. — Heeseung podemos...

No terminó su frase y sólo se acercó al mayor para sentarse sobre su regazo y colocar sus manos en el pecho del pelinegro. Lo besó, pero esta vez el beso era más profundo y eran claras las intenciones del rubio. Heeseung se obligó a sí mismo a retirarse. No debía, sabía que no era correcto.

— Sunoo, tus padres podrían llegar y no quisiera que nos encontrarán en algo tan comprometedor. — Se excusó, Sunoo asintió y se alejó lo más que pudo.

Estaba molesto y triste. Heeseung no había querido estar con él después de su primera vez. Eso lo hacía sentir como si no fuera lo suficiente, talvez no le gustaba físicamente o no le había gustado en ese ámbito y solo seguía con él por pena. Su cabeza pensaba en muchas razones para que el su novio lo rechazara. Todas ellas solo lo hacían sentir mal consigo mismo.

— Sunoo, no pienses demasiado. Solo no quiero meterte en problemas con tus padres. Te prometo que no hay nada más. — Se acercó para abrazarlo de costado. — No es por ti, eres hermoso. Él chico más hermoso que he conocido, jamás pienses que eres insuficiente. Solo no es el momento, bebé.

— Es que parece que nunca es el momento. Siempre me rechaza y eso me hace sentir como si me tuviera asco o que soy horrible...

— No, nada de eso. Solo lo hago por tu bien. — Heeseung besó la cien del rubio. — Ya habrá un momento para volver a estar juntos de esa manera. Por ahora hay que seguir disfrutando nuestro tiempo de pareja. ¿Podemos?

— Si, perdón. — Se limpio el rostro con las manos.

— No te disculpes. Solo Olvídalo. — Le dio un beso más pero esta vez en la frente. — Te quiero.

— Te amo.

Esas palabras hicieron sentir peor al pelinegro. La razón de su rechazo era porque había estado el fin de semana con Jay y se sentía sucio. Sunoo no merecía estar con él. Debía terminar todo ahora antes de que alguien saliera dañado.

¡Todos Contra Hee! | Heeseung × ENHYPEN ☀️🌻 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora