¡Disfrútenlo!
Alexey
Imparable.
Así es como me siento y así es que soy.
Ellos creen que estoy acabado y que me quedaré en esta presión de mierda en la que mi linda y maldita esposa me condeno en el momento en el que más cerca de la humanidad me sentí. Por eso siempre he dicho que es mejor una serpiente conocida; que una que creas incapaz de morder.
El peor error de mis enemigos es subestimarme al creer que no volveré por lo que me pertenece.
Pensar solo en quedarme atrapado en este cuchitril de lujo me hace escupir en el suelo. Sigo cargando las pesas mientras el sol me da directamente en la cara dificultándome la vista. No es relevante. Las peleas clandestinas me han controlado un poco pero no tanto como ellos creen.
El alcaide cree que em tiene en sus manos, pero no sabe cuan equivocado esta al creer que soy mínimamente dependiente de una basura que su único logro es tirarse a su secretaria y tener el pobre título de este Hoyo del diablo. Es como los prisioneros le llaman. Cuando pisé por primera vez aquí no fue una bienvenida grata la que tuve.
Todos me conocían de una u otra forma. Unos por haber trabajado con mi familia y otros porque un día les partí la madre y cogí camino. Mis días de joder a todo el mundo me salieron caros. Aquí no era nadie. El respeto que una vez profesaron hacia alguien quedaba fuera de estas paredes.
Aquí todos son unos carroñeros que halan para su lado y te buscando cuando te necesitan. No pensaba hacer buenas amigas, pero respetar los niveles no les quedaba mal.
Habían unos cuantos Bratva que quisieron posicionarme, pero no lo lograban porque no me interesaba ganarme nada a base de la fama que hice fuera de estas cuatro paredes.
Necesitaba reconstruir mi nombre y que sepan que no era con cualquier pelele sin experiencia con el que hablaban. Todo el mundo necesitaba conocer porque me llamaban la parca en las calles y los que una vez me conocieron como tal huían ante ese apodo.
Ahora aquí no soy en Vory V Zakone, ni la Parca y mucho menos un príncipe de la Bratva. Soy La oscuridad sanguinaria que mato y torturo en carne propia a todos los que no quisieron reconocerme. Trabaje para que ya no se pelearan solo por una migaja de pan, sino que subieran a un rin y se desquitaran sin parecer maricas chismosas.
Me enfoqué en crear bandas por zona y que el respeto y orden se mantuviera reconociendo a quien merecía ser reconocido y blasfemando contra quien lo merecía.
Todos inclinan la cabeza al verme. Ya no porque mis padres lo ordenaron o porque es mi derecho como príncipe de mafia, sino porque a todos y cada uno les quedo claro que no soy cualquiera que le dan título por derecho como muchos pensaban.
No solo por mi atractivo y carisma me gane a todos y cada uno de los guardias y al Alcaide lo tengo metido en mi bolsillo. El cree que trabajo para el poniendo orden aquí, pero está equivocado.
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El Deseo ©
RomanceLIBRO II «CADENAS» Las cosas ya no son como antes. Willow ya no es la chica que quería salvar al mundo. No es la misma que se atrevió a jugar con un hijo de la mafia más sangrienta y poderosa que ha conocido, viendo desde sus propios ojos el alcance...