Capítulo 3🦋

386 20 9
                                    

Willow

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Willow

Me abotono la camisa despacio mientras me miro en el espejo. Mi cabello está más largo y ondulado. Mi cuerpo más definido por todo el ejercicio que he hecho para botar el estrés y distraer la mente de tantos problemas. Mis senos más grandes por amamantar y mi mirada ya no tan sonriente por tener que estar luchando para poder mantenerme en pie. Ahora reflejo la seguridad que siempre pensé que tenía cuando no era así. No solo mi ropa es elegante y cara. Yo ahora soy elegante y cara.

Lo único que me da un poco de tranquilidad en este día es que mi madre me llamo esta mañana para decirme que se encontraban feliz disfrutando de Hawái con mis hermanos y mi sobrina. Una de las condiciones para ayudar en la Misión Volkov fue que ellos tuvieran toda la seguridad y comodidad posible y eso lo han cumplido al pie de la letra. No me atreví a decirles que hoy iba a tener un encuentro con el hombre que me casé años atrás y que tanto los hizo sufrir por tener que hacerlos ver como su hija fue destruida hasta el cansancio.

Ese día no quise llamar al FBI. Solo quería ser abrazada y que el me dijera que estaría conmigo. La cosa es que les informaron a mis padres sobre mi secuestro y mi madre llamo al hospital para decirme que si no lo hacía yo lo hacia ella. Preferí que el me odiara a mí en lugar de a ella porque no soportaría que sea ella el punto de su odio.

Mi familia son todo para mí y no me gustaría que estén en el ojo del huracán como me encuentro desde que nos conocimos en el café de Peter. Todavía a estas alturas estoy complacida por mi decisión porque gracias a eso, ahora ellos se encuentran bien. Papa no deja de preocuparse porque cree que mi lugar es con ellos y no entiende que cada quien debe tener su espacio.

Me aliso la falda de cuero negro que se ajusta a mi cuerpo a la perfección y quito una pelusa de mi blusa manga larga roja escarlata. Gracias a mis genes no me quedaron rollitos del embarazo, al contrario, me dejo mejor de lo que estaba. Miro a mis niños durmiendo encima de mi cama y sonrío por inercia.

Son tan hermosos que me derriten el corazón y a pesar de que a veces me hacen travesuras que me sacan de quicio—como echarle talco a mi secador de pelo antes de yo secármelo y tirarle comida a mi ropa—no cambiaría nada de ellos. Son perfectos. Antes de alistarme los bañe, le puse pañales nuevos y me tome el tiempo de jugar con ellos y darle de comer antes de dormirlos. Es mi pasatiempo favorito cuando llego del trabajo.

Hoy por petición de Michael no fui a trabajar.

Según el para que me prepare para este momento, pero no sabe el error que cometió.

En todas estas horas libres solo he podido pensar en cómo será verlo de muevo.

Respirar su mismo aire y mirarlo a esos ojos con los que tanto he soñado y tenido pesadillas en medio de la noche. Se que lo que me dirá. Sera como ser apuñalada mil veces porque una cosa es estar del lado bueno de Alexey Volkov y otra muy diferente del lado no tan amable. Pregúntale a la psicópata de Gianna si me equivoco.

El Deseo © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora