Capitulo 21: Ayudando a quien ayuda.

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-Repite lo que acabas de decir- exclamó.

-Me fui de casa y me estoy quedando en casa de Yeonjun hasta que encuentre mí propio lugar- habló con calma mientras daba un sorbo a su chocolate antes de que el volcán erupcionará.

El café de Sandra, por el contrario, se quedó en medio camino en dirección a su boca. Su amiga la miró a los ojos como si estuviera esperando que le dijera que estaba bromeando. T/n deseó poder hacerlo, el rostro de Sandra abandonó su eterna sonrisa.

-No es gracioso, T/n- señaló.

-No intento ser graciosa- T/n repitió las mismas palabras que Sandra le había dicho unas semanas atrás- Es cierto.

-¿Te volviste loca? ¿Por qué estás en su casa?- cuestionó.

-Solo... Fue el destino.

-¿El destino? ¿Estás escuchándote?- era toda una novedad que Sandra estuviera enojada. Una nueva experiencia de la que T/n no quería ser parte.

-Nos encontramos en el parque, se ofreció a ayudarme, ¿Qué querías que hiciera? Era eso o salía a las diez de la noche en busca de un hotel. No tenía donde ir- susurró.

-Tengo una casa y un teléfono. Pudiste llamarme y yo te habría ayudado.

Aquello era muy cierto, y para eso no tenía una excusa. Intentó no mirar a su amiga a la cara, no sabía por qué, pero aquel día se sentía un poco incómoda. No solo con Sandra. Desde el sábado había estado evitando a todos.

Tras llegar a la casa de Yeonjun, se había despedido de Penny, había estado rogando a los cielos que la chica no volviera a hacer ningún comentario acerca de Miranda y se había sentido agradecida cuando no sucedió. Yeonjun, por otro lado, parecía estar ignorarla con tanta fuerza como ella intentaba ignorarlo a él. No lo había visto por el resto del fin de semana, pero el sábado por la noche había descubierto comida en las alacenas y el refrigerador. Se sentía agradecida de que se tomara aquellas molestias por ella, aunque la estuviera ignorando deliberadamente. Se prometió que le pagaría cada centavo que hubiera gastado desde que tuviera oportunidad.

Había pasado todo el domingo intentando reparar su auto, había tardado bastante, pero al final había logrado hacerlo funcionar y al terminar había tardado tan cansada que solo había pensado en dormir. Tampoco había visto a Yeonjun.

-¿Te acostaste con él?- preguntó Sandra sin rodeos.

-¿Qué? ¡No!- chilló- ¡Claro que no!

¿Por qué de pronto todos parecían interesados en si se acostaba o no con Yeonjun?

-Te conozco. Tienes esa cara de preocupación y emoción juntas. Cómo si no supieras como sentirte. Algo paso.

T/n inhaló con fuerza.

-Nos besamos- admitió.

-Oh diablos, T/n,  ¿En que estabas pensando?

T/n se había hecho la misma pregunta un millón de veces en los últimos días y había desistido al darse cuenta de que no tenía respuesta para ella. Solo que aceptar que no sabía era un cosa y decírselo a Sandra era otra completamente diferente que, de seguro terminaría bien.

-Me veo obligada a decirte que te estás comportando de una manera muy irresponsable.

-Si vas a verte obligada a decirme algo, que sea algo que no haya escuchado antes- señaló.

Sandra la miró antes de dar un trago a su café. Respiró profundo, como si estuviera armándose de paciencia y luego contesto:

-Perfecto, T/n. Voy a decirte algo que no has escuchado- hizo una pausa como si estuviera organizando lo que pensaba decirle- Te quiero, como si fueras mí propia hija, me preocupo por ti. Y no me gusta verte hacer tonterías, por eso te advierto que esto no va a terminar bien. Aun va a casarse con Miranda, ¿Recuerdas?

Y Ahora ¿Que Hago? (Yeonjun y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora