Capítulo 43: Un bombón irresistible

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T/n se miró al espejo mientras alisaba una imperceptible arruga en su camisa, luego su mano fue a parar  a su abultado abdomen. Con cinco meses de embarazo ya no había forma de ocultarlo, pero tampoco le interesaba.

Unas semanas atrás su bebé se había movido por primera vez, así que ella y Yeonjun lo habían celebrado como si de un gran acontecimiento se tratara, aunque él no había podido sentir nada. Desde ese día T/n tenía una nueva cosa favorita para hacer: pasar todo el tiempo que le fuera posible en la cama con la mano sobre el abdomen esperando que se bebé hiciera algún movimiento, por ligero que fuese. Era algo adictivo.

En ocasiones Yeonjun le acompañaba, pero no había tenido la suerte de sentirlo. La pequeña parte egoísta que habitaba en ella se sentía especial al ser la única que lo había experimentado.

Las puertas del ascensor se abrieron en el piso de la oficina de Yeonjun. Ella no debería estar allí, pero Soobin no estaba en la empresa así que de momento no se preocuparía por eso.

-Vaya, cuando los gatos no están los ratones hacen fiesta- la saludo Sandra al verla.

-Ya ves, soy una rebelde. No puedo evitarlo- bromeó- ¿Sabes si Yeonjun esta en su oficina?

Dado que tenía pensado darle una sorpresa y que se había desaparecido la mitad de la mañana y parte de la tarde sin explicación alguna, T/n no había sabido nada de Yeonjun en todo el día. No quería ni imaginarse cuantas llamadas tendría en su celular que estaba apagado debajo del asiento del conductor, en el auto.

-Esta ahí, ¿Dónde estabas tú? Porque Yeonjun me ha preguntado en tres ocasiones si sabía algo de ti.

-Si te digo, querida Sandra, tendré que matarte- bromeó- Ahora, si me lo permites, tengo cosas que hablar con mi novio. Ya nos veremos.

Recorrió la poca distancia que la separaba de la oficina de Yeonjun, como era de esperarse, Paige o como a ella le gustaba llamarle, la barbie californiana estaba allí, sentada detrás del que había sido su escritorio. T/n se obligó a sonreírle.

-Hola, Paige- la saludo- ¿Esta Yeonjun en su oficina?

-No puedes estar aquí- fue toda la respuesta que obtuvo de ella.

-¿Qué? ¿Acaso no puede una chica visitar a su novio?- cuestionó con fingida inocencia.

La sonrisa falsa de Paige se ensanchó un poco más.

-Por supuesto, pero como recepcionista no tienes nada que buscar en esta área.

-Oh, no te preocupes. No estoy aquí en calidad de recepcionista, no trabajo hoy. Ahora solo soy la novia de tu jefe- Paige abrió la boca para responder, pero T/n se apresuro a entrar en la oficina de Yeonjun cerrando la puerta tras ella y dejando a la chica con la palabra en la boca. Si la escuchaba decir algo mas, iba a golpearla.

 -Buenas tardes, señor Choi.

Yeonjun se quedo mirándola unos segundos, no parecía ni un poco feliz y ella sabía muy bien porque.

-T/n, llevo todo el día tratando de localizarte- expresó- Estaba preocupado.

-Lo siento, y para demostrarte que es en serio, te traigo una sorpresa.

El achico los ojos, como si no confiara en sus palabras, pero luego la curiosidad pareció ganarle.

-No estoy ni un poco feliz, solo para que lo sepas- aclaro- Ahora cuéntame cual es esa sorpresa.

-Primero tengo dos noticias; una buena y una mala. Elige cual quieres primero.

-Mala primero- contesto él sin inmutarse.

Y Ahora ¿Que Hago? (Yeonjun y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora