Capitulo 27: Penélope

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Yeonjun cerró la puerta de un portazo que provocó que T/n se sobresaltara, pero aún así se quedó justo donde estaba, no porque quisiera, sino porque sus pies estaban pegados al piso.

Aquello había sido, sin lugar a dudas, la situación más incómoda en que se había encontrado alguna vez en su vida. Los pocos minutos que había pasado allí de pie, petrificada en medio del salón había estado deseando que la tierra la tragase, pero no tenía tanta suerte. Por un momento, mientras Miranda se marchaba quiso suspirar aliviada, gracias al cielo logró contenerse.

Cuando sus ojos por fin se encontraron con los de Yeonjun, el estómago de T/n se encogió. Y no precisamente por el hambre.

-T/n, yo...

-¿Dos semanas?- le interrumpió, porque la verdad era que en aquel momento no le interesaba escuchar nada de lo que él tenía que decir- ¿Vas a casarte en dos semanas?- volvió a preguntar con un susurró apenas audible.

-Iba a casarme en dos semanas- respondió haciendo énfasis en la primera palabra.

A T/n no le importaba la diferencia que podía hacer una palabra. Estaba enojada como no lo había estado nunca y agradecía a los cielos que él no intentará acercarse o tocarla, porque juraba que lo golpearía.

-¿Cuando pensabas decírmelo? ¿Cuando salieras de traje rumbo a la boda o cuando volvieras de la luna de miel con Miranda en brazos?- su voz fue gradualmente en ascenso hasta convertirse en un grito airado.

-¿Eso que importa? Ya no voy a casarme.

-Dijiste que aún no había fecha- lo acusó.

Ni siquiera sabía porque le importaba tanto aquello. Ella misma la había dicho de debía casarse y que no le importaba como o cuando lo hiciera, menos debía importarle que le mintiera, porque nadie había mentido u omitido información más que ella en toda aquella situación.

No tenía razones concretas para estar enojada, pero lo estaba y se negaba a escuchar la voz dentro de si misma que le decía que estaba celosa. Tal vez lo estaba. Ya no importaba.

-¡Porque no había fecha- en ese entonces!- suspiró pasándose las manos por el cabello- No quiero seguir hablando de Miranda o de una boda que se canceló.

-Dime que quieres hablar, entonces. Te escucho.

Yeonjun se quedó mirándola a los ojos. Era la primera vez que en su rostro no había un gesto de arrogancia o de fastidio, más bien parecía abrumado, T/n solo estaba hasta.

Hasta de Yeonjun, harta de estar embarazada de un bebé que había deseado, harta de haber tenido que darle un cambio tan drástico a su vida. Estaba harta de sentirse culpable, de sentirse avergonzada... Estaba tan harta de tantas cosas que por poco se le saltan las lágrimas, claro que nunca permitiría que eso sucediera frente a Yeonjun, primero muerta.

Respiró profundo y fijó la vista en él, parecía que nunca respondería a su pregunta, como si se hubiera quedado en el aire mientras meditaba su respuesta. Bien, ya no quería escuchar nada, solo necesitaba salir de allí y pensar sobre sus cosas en algún lugar que Yeonjun no hubiera contaminado, pero lo más lejos que llegó fue al sofá de la esquina que estaba a escasos diez pasos. Estaba demasiado mareada como para hacer una huida aparatosa.

-¿Estás bien?- cuestionó Yeonjun, con un profundo gesto de preocupación.

-No pasa nada- cerró los ojos mientras esperaba a que todo dentro de su cabeza volviera a colocarse en su lugar.

-Estas pálida- objetó- No me digas que no pasa nada.

En su interior, con los ojos cerrados, T/n rodó los ojos. Que hombre tan molesto y tan tonto. Prefería esos adjetivos y no en los realmente estaba pensando, como "dulce" y "atento", ella muy bien sabía que Yeonjun no era esas cosas.

Y Ahora ¿Que Hago? (Yeonjun y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora