Capitulo 1: Una visita al médico.

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Dos meses después...

T/n camino junto a Sandra por el comedor de la empresa mientras su amiga se servía una cantidad inimaginable de comida. Solo de ver aquella bandeja repleta sentía ganas de vomitar. También se sentía algo frustrada. Hasta hacía unas semanas ella había tenido un apetito parecido, pero en aquel momento no podía evitar sentirse como bailarina anoréxica.

-¿Solo piensas comer eso?- preguntó  Sandra, mientras caminaba a la mesa donde solían sentarse todos los días desde hacía cuatro meses.

T/n le restó importancia con un gesto de sus manos.

-¿Que tiene de malo?- miro su bandeja parcialmente vacía y frunció el ceño.

- Es solo yogurt y queso. No puedes alimentarte en base a eso.

- Claro que puedo, es una dieta Rica en calcio.

- Y nada más. ¿Que te sucede, T/n? Has estado tan rara en estos días.

T/n levantó la vista con desgana. Solo eran la una del mediodía, pero se sentía demasiado cansada incluso para sostener aquella conversación. "Eso es porque tienes cinco días alimentándote  con solo queso y yogurt" grito una voz en su cabeza. Hizo a un lado la molesta voz y respondió a su amiga.

- No tengo nada. Solo estoy un poco cansada.

- Pero si no has hecho nada hoy. Pensé que estarías contenta de que Yeonjun no estuviera aquí para molestarte.

- Siempre es bueno perder a Yeonjun de vista, pero su fantasma me persigue, tengo trabajo que hacer, aunque él  no esté.

- ¿Te refieres a contestar sus llamadas?- se burló Sandra.

T/n la ignoro. Si bien era cierto que había que había hecho prácticamente nada en todo el día, había algo llamado estrés a lo que su jefe, Yeonjun, la sometía cada día con sus peticiones imposibles y su actitud insufrible. El estrés dejaba sus secuelas.

Se repitió por enésima vez que por lo menos no la había despedido, pero había hecho cada día de su trabajo allí miserable. Intentaba calmarse diciéndose que él  siempre había sido así, no tiene nada que ver con el hecho de que se hubieran acostado, es más, seguro ni lo recordaba. Ella había intentado aguantarse, pero cada dia se lo hacía más dificil; como dos días antes, cuando había esperado hasta las 4:30 p.m. para pedirle un informe que T/n tenía que entregar hasta el viernes.

Ella se arrepentía de pocas cosas en su vida, pero si lugar a dudas acostarse con su jefe era una de ellas.

- ¿Sigues en este mundo, T/n?- la llamo su amiga.

T/n cometió el error de levantar la vista justo cuando su amiga daba una gran mordida a su emparedado de mantequilla de maní y sintió como se le revolvía el estómago, hizo un esfuerzo y contesto.

- Aquí estoy, Sandra, solo pensaba.

- Piensas mucho últimamente. ¿Hay algo que deba saber?- cuestiono su amiga, preocupada.

Tal vez aquel era el momento de liberarse un poco y contarle a Sandra lo que sucedía, no había nadie más indicado que ella, primero, porque tenía varios años trabajando en aquel lugar, la conocía a ella y conocía a Yeonjun, segundo: porque nadie daba mejores consejos que Sandra. En los pocos meses que llevaba conociéndola, T/n tenía la impresión de que su amiga había pasado por todas y cada una de las situaciones más ilógicas. Además de que terminaría volviéndose loca si no se lo decía a alguien. Esa era la más importante de todas las razones.

- Bueno... Hay algo que tengo que contarte.

- Pues comienza.

Sandra volvió a dar un mordisco a su emparedado y el autocontrol de T/n se hizo añicos, salió corriendo del comedor rumbo al baño conteniendo las ganas profundas de vomitar.

Llego justo en el momento en el que descargaba todo lo que había ingerido aquel día, que básicamente solo era jugo de naranja y queso. Sandra llegó corriendo tras ella a tiempo para sostener su pelo mientras ella continuaba ante el Dios de la porcelana.

Cinco minutos después, T/n colocó la cara debajo del grifo y dejó correr el agua por su rostro mientras intentaba ignorar la cantaleta de su amiga.

- Es en serio, T/n. Debes ir al médico, puede que tengas un virus o algo así. Esto no es normal.

Asintió.

- Iré en la semana que viene - contesto distraída, mientras recogía su pelo en una cola.

- No, iremos ahora. Hablaré con Soobin y le diré que te sientes mal.

Cuando Sandra hablaba de Soobin, se refería, por supuesto, al Jefe Supremo de aquel lugar, también conocido como el hermano mayor de la pesadilla personal de T/n. Choi Soobin, a diferencia de ser la persona dentro de C Group, era potencialmente más fácil de tratar que su hermano. La oferta de su amiga era tentadora, sin embargo T/n se vio obligada a declinarla.

- No, Sandra. Ya estoy perfectamente. Seguro es solo un virus estomacal.

- Precisamente por eso. Nos vas a enfermar a todos en la cafetería. Camina, iremos al médico- Sandra uso ese tono de voz que empleaba cuando quería infundir temos. Como siempre T/n sucumbió.

Mientras estaba sentada en la sala de espera, T/n sintió su teléfono vibrar en su bolsillo. Se apresuró a tomar la llamada sin siquiera chequear el número.

- Diga.

- Estoy en mi oficina, y mi secretaria, que curiosamente eres tú, no está. ¿Puedo saber por qué?

T/n no pudo evitar sentirse nerviosa. Yeonjun siempre lograba ese efecto en ella.

- Lo siento, señor. Estoy en el hospital.

- Espero que alguien haya muerto para que abandonara tu puesto de trabajo - contesto él con voz agria.

Sandra, que hasta ese momento había estado escuchando en silencio, le arrebató el teléfono.

- Lo sentimos, jefe. T/n se puso enferma en la oficina e imagine que no la quería vomitando por todos los rincones. Volveremos en una hora.

Tras decir aquello colgó la llamada. T/n se quedó de piedra mirándola, como la envidiaba, ella jamás, nunca en la vida se arreciaba colgarle una llamada a Yeonjun, sobre todo porque estaba muy segura de que eso significaría su despido inmediato. Con Sandra, al parecer no pasaba eso, por lo general iba por ahí haciendo lo que le daba la gana y todos, incluso los jefes, asumían que podía. Aquellas eran las ventajas que lograban con tener casi diez años en la empresa.

- No me mires así. Te lo quité de encima.

Aquella frase la llevó por un camino que no quería recorrer. Mejor no pensar en eso. Afortunadamente, la doctora volvió junto a ella con un sobre blanco en las manos que T/n imagino seria sus exámenes médicos.

La mujer abrió la puerta de su consultorio y la invitó a pasar. Sandra y ella se sentaron en los asientos que se encontraban frente al escritorio. Al parecer no estaba al borde de la muerte, porque la doctora la miraba con una gran sonrisa en sus labios.

- Tus resultados ya están listos, T/n. No hay nada de que preocuparse.

T/n se quedó en silencio esperando a que la mujer continuara, pero al parecer no lo haría. No sabía si era una buena o una mala señal. <<No hay nada de que preocuparse>>, había dicho la mujer, pero ella sentía como si un enorme y aterrador <<pero>> se acercaba tras esas palabras.

-¿Y entonces? ¿Que me pasa?

La sonrisa de la doctora se ensanchó mientras extendía los resultados hacia ella.

- Felicidades. Vas a tener un bebé.

Y Ahora ¿Que Hago? (Yeonjun y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora