Capítulo 36: Solo prométeme una cosa

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Sandra estaba sentada a Paige en el lugar en el que solían sentarse cada día. T/n había llegado al menos cinco minutos mas tarde al comedor, le había dicho a su amiga que tenia que quedarse unos minutos terminando un informe, pero lo que realmente estaba terminando era su tercera mano de sudoku, por la simple razón de que había algo en Paige que no le gustaba y no quería verse encerrada con ella 22 segundos en el ascensor.

Antes de acercarse a la mesa, fue por algo para comer. Un enorme emparedado de pavo que lucía como la cosa mas deliciosa que alguna vez había visto. Cuando se sentó junto a Sandra, su amiga se quedó mirando su plato y le sonrió.

-Vaya señorita yogurt y queso se ha manchado- bromeó.

-Para nunca mas volver. No te imaginas cuanto me alegro de haber pasado esa etapa- sonrío- Hola, soy T/n. No habíamos tenido la oportunidad de conocernos- dijo extendiendo su mano hacia Paige.

-Soy Paige- respondió ella sonriéndole falsamente y estrechando su mano- Es un placer conocerte, T/n.

Pronto la conversación entre ella y Sandra fluyó como si Paige no se encontrara allí. Lo gracioso era que la chica no parecía aburrida o molesta por haber sido dejada de lado, al contrario, parecía muy entretenida con su conversación.

-Por cierto, T/n, tengo el primer regalo para mi ahijado, el pequeño Calvin.

-No voy a llamarlo Calvin aunque le regales el primer año de universidad- río.

-¿Estas embarazada?- cuestionó Paige sorprendida. Acunando T/n asintió ella agregó- Oh, ¿Y tu esposo esta consciente de que besas a tu jefe? ¿No se molesta?

T/n le sonrió de vuelta, no se imaginaba tener una mejor oportunidad que aquella.

-No tengo esposo, Paige, tengo un novio. Y a él no le molesta que bese a mi jefe, él es mi jefe.

Ella no supo cual de las dos miradas de asombro fue mas graciosa, la pobre Sandra no tenía ni idea de que había tomado la decisión de dejar de ocultar su relación con Yeonjun, así que era normal que le sorprendiera su admisión.

-Debes estar bromeando...- masculló Paige.

-Por supuesto que no lo hago- fue todo lo que respondió.

Paige se excusó unos minutos mas tarde diciendo que debía ir al baño y se marchó, T/n se dijo que tal vez debía arreglar su torcida nariz falsa y sonrió para si sola.

T/n llamó a su hermano por enésima vez en aquella semana. Parecía que cada vez que le llamaba él no estaba disponible, como si estuviera ocultándose de ella, aunque sabía que no era así.

Cuando por fin logró que le contestara, casi de un salto.

-Por todos los cielos, Beomgyu- exclamó- Te he llamado un millón de veces, ¿Dónde carajos te habías metido?

-T/n, he estado ocupado, lo siento. No me he olvidado de tu mudanza.

T/n respiro profundamente. Esperaba que Beomgyu no la asesinara.

-Justo de eso quería hablarte, ¿Tienes algo que hacer hoy? Salgo del trabajo en treinta minutos y me gustaría verte- explicó.

-Tengo algo que hacer esta noche.

-¿Tienes algo que ver con esa chica misteriosa?- cuestionó interesada, le causaba muchísima curiosidad eso de Beomgyu teniendo citas con alguien que no conocía.

Él estallo en  carcajadas y ella se quedó confundida por un momento. Beomgyu parecía disfrutar de su broma personal sin explicarle porque se estaba riendo.

-¿Me cuentas el chisme?

-No lo entenderías- sentenció- ¿Por qué no nos vemos en una hora en esa cafetería de la que tanto hablas? Intentaré llegar en 45 minutos, pero no prometo nada.

Y Ahora ¿Que Hago? (Yeonjun y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora