Capítulo 10: Eso es porque estás enamorada

919 59 2
                                    

No hacia veinte minutos que había llegado al trabajo, cuando Yeonjun llegó. Volvía a ser el mismo sangrón de siempre, aunque tal vez nunca había dejado de serlo. Lo miró, dijo "T/n" a modo de saludo e inclino la cabeza. Ella hizo lo mismo.

Por primera vez deseó tener más trabajo en el que volcarse, pero siendo la secretaria de Yeonjun no había mucho que pudiera hacer porque, vamos, todos sabían que aquel puesto ni siquiera existía antes de Yeonjun, su padre lo había creado exclusivamente para él. En la empresa circulaban los rumores de que Yeonjun era la vergüenza de la familia Choi, a diferencia de su hermano, que era según Sandra el mejor vice presidente que aquel lugar había tenido.

A ella le gustaría decir que no era así, que Yeonjun era un hombre magnífico e inteligente, pero la verdad era que no lo conocía y tenía la leve impresión de que incluso conociendolo no podría decir esas palabras.

En días como aquellos, cuando no tenía mucho que hacer, ella solía ir hasta la oficina de Sandra y ayudarla con cualquier cosa que tuviera pendiente, pero ese día no estaba de ánimo para aquello.

Ese era uno de los días en los que prefería aburrirse como ostra aoverse de allí.

Había comenzado a dibujarse estrellas en el brazo cuando escucho el sonido el sonido de unos tacones resonar en el suelo, levantó la vista y se encontró con la siempre radiante sonrisa de Miranda, fue como si hubieran puesto luces de neón en su rostro.

-¡T/n! Hola- saludo animada.

-Hola Miranda- T/n intentó corresponder a su sonrisa, pero fracasó miserablemente.

-¿Estás bien?- preguntó arrugando la frente- Te ves algo pálida, ¿Ese virus estomacal sigue?

Las manos de T/n comenzaron a sudar, ¡Malición! Nunca había sido buena para mentir, ¿Por qué tenía que preguntarle aquello? ¿Por qué estaba hablándole? Si, Miranda era muy simpática, pero nunca se había detenido a hablar con ella deliberadamente.

-Bueno...- continuó antes de dejarla contestar- Solo quería excusarme contigo por el viernes. Estaba de mal humor... Ya sabes. Fui algo grosera contigo.

-No hay problema- respondió T/n. Quería deshacerse de Miranda, se sentía tan incómoda en su presencia, como si una vocesita en su cabeza estuviera gritándole que era una hipócrita.

-Yeonjun y yo tuvimos una pequeña descusion, pero ya lo resolvimos así que mi humor ha mejorado considerablemente- una risita salió de sus labios- Además yo...

-Miranda- ambas se sobresaltaron al escuchar la voz de Yeonjun tras ellas- Estoy esperándote.

Los ojos de Miranda se posaron en Yeonjun y le dedicó su sonrisa radiante y comenzó a dirigirse hacia él.

-Ya voy amor- se giró un segundo hacia T/n- Espero te mejores, T/n- dijo guiñándole un ojo.

¿Por qué dientres había hecho aquello? ¿Por qué le guiñaba un ojo? Oh, a la mierda. Necesitaba hablar con Sandra.

Se levantó de su escritorio y salió de allí antes de que su cabeza explotará o se terminará de volver muy loca, lo que pasara primero. Llegó a la puerta de la oficina de Sandra justo en el momento en que su amiga se disponía a salir.

-Vaya, mira quién ha aparecido- ironizó, con falso tono de sorpresa- He estado llamándote todo el fin de semana, pero eso ya lo sabías ¿No?

-¿Dónde vas?- preguntó T/n a su vez, ignorando las palabras de Sandra.

-Voy por algo de comer, ¿Vienes?

-Son las 10:30 AM, ¿Ya tienes hambre?

Independientemente de sus palabra, T/n se dió vuelta y comenzó a caminar hacia el ascensor con Sandra pisandole los talones. Mientras más lejos estaba de su oficina más cómoda se sentía.

-¿Ya vas a contarme o tengo que golpearte para que hables?- preguntó tan pronto se cerraron las puertas.

T/n la miró y se quedó en silencio un momento. Sandra era su amiga, su única amiga y estaba preocupada por ella. Además, era bueno desahogarse y ella no tenía a nadie más con quién hablar.

-Le conte- suspiró.

-Y... ¿Que te digo?- indagó su amiga.

-Pues al principio se puso como loco- susurró mientras cruzaban la recepción- Pero luego pareció aceptarlo súper bien. Incluso dijo que me acompañaría cuando tenga que ir a mi cita médica.

Entraron en una cafetería que estaba frente a la empresa y T/n se sentó en una mesa apartada mientras Sandra iba por sus bebidas, al cabo de unos minutos su amiga volvió con los humeantes vasos en las manos y continuó.

-Entonces es perfecto, ¿Van a casarse? ¿Te irás a vivir con él? ¿O es que acaso van a tomarse un poco de tiempo para...?

-Samdra- la interrumpió- Nada de eso va a suceder. Va a casarse con Miranda, ¿Recuerdas?

-¿Va a casarse con ella aún sabiendo lo de tu embarazo?

Sandra lucia indignada y T/n se vio en la necesidad inexplicable de defender a Yeonjun.

-Bueno... Tenía un compromiso con ella antes de que yo me embarazara- titubió- No sabes lo tonta que me siento con toda esta situación. El viernes me dijo que habían canselado la boca y me puse histérica, no quiero ser la responsable de que se separen...- hizo una pausa y fijó los ojos en su chocolate caliente- Pero esta mañana... Miranda llegó a la oficina y yo me sentía tan... ¿Decepcionada? Sé que estoy enloqueciendo porque no quiero que se separen, pero verlos juntos es tan... ¡Ni siquiera sé cuál es la palabra!

Sandra la miraba con una mezcla de pena y simpatía y T/n pensó que era curioso que, hasta el momento en el que esas palabras salieron de sus labios ella no lo había pensado ni una sola vez.

-Eso es porque estás enamorada- dijo Sandra recostada en su asiento y mirándola directo a los ojos hasta que ella se sintió incómoda y apartó la mirada.

-No digas bobadas, Sandra. Yeonjun me gusta, no voy a negarlo, está bueno. Pero no voy por ahí enamorándome de todo el que esta bueno y desde luego, no estoy enamorada de Yeonjun- sentenció.

Su amiga le sonrió con indulgencia.

-No debes sentir medio de sentir cosas bonitas por alguien más.

-No estoy enamorada. No me hables como si tuviera cinco años. En este momento de lo único que tengo miedo es de que me expulsen cuando se enteren de que estoy embarazada de mi jefe- puntualizó.

-Nadie va a despedirte si estás embarazada del hijo del dueño- replicó Sandra.

-Por favor, Sandy, no te hagas la tonta. Tu mejor que nadie sabes que nada ni nadie que tenga que ver con Yeonjun está bien visto delante de los Choi. Es posible que su padre en persona me saque por un brazo y me impida volver a entrar.

-¿Y entonces que piensas hacer? ¿Piensas estar despedida, embarazada y amargada cuendo Yeonjun se vaya a Dubái todo un mes de luna de miel?

-¿Tú cómo sabes que se irán a Dubái?- preguntó confundida.

-Es un regalo de Soobin. Me pidió que comprara los boletos.

-¿Regalos? Pero si no han fijado la fecha.

Sandra se pusó de pie de un salto y le extendió una mano.

-Volvamos al trabajo, tu jefe va a matarte- bromeó.

Si lo que pretendía era hacerla sonreír, había fracasado miserablemente, porque ahora los pensamientos de T/n estaban enfocados en otras cosas.

¿Cómo podía Soobin comprar boletos y reservar un hotel para una luna de miel que no sabía cuándo iba a efectuarse? Era una estupidez y Soobin no era un estúpido. Entonces, ¿Que era lo que sucedía?

Y Ahora ¿Que Hago? (Yeonjun y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora