Capitulo 23: Toda una dama

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Ese lunes en la noche recibió una llamada de Beomgyu. Habían acordado encontrarse al día siguiente después del trabajo. Ella había sentido unas profundas ganas de inventar algo con lo que excusar, pero al final su hermano había logrado salirse con la suya.

Así que desde ya tenía que prepararse mentalmente para Beomgyu peleando y diciéndole que era una estúpida inmadura y que estaba arto de su irresponsabilidad. Ya se lo había dicho, pero sabía que lo repetiría.

Al menos no todo era malo. Había estado mirando el periódico y había encontrado un anuncio de un departamento, había hablado con la agencia de bienes raíces y alguien se lo mostraría al día siguiente. Esperaba que para cuando se encontrará con su hermano, tener algo concreto para entrener a Beomgyu y hasta cierto punto contentarlo.

Durante largo rato había estado usando el teléfono de la cocina que, dicho fuera de paso, se había convertido en su lugar favorito en toda la cama siempre y cuando Yeonjun no se encontrará lo que sucedía con frecuencia. Había pasado la noche hablando con Sandra, ya era indiferente a los reclamos de su amiga, así que solo chusmeando. Era bastante terapéutico.

Terminó con la llamada justo en el momento en el que Yeonjun entraba a la cocina. No lo había escuchado llegar, pero en los meses que llevaba trabajando junto a él se había acostumbrado a que él se comportará como un fantasma.

Yeonjun paso frente a ella como si no estuviera ahí. Se acercó al refrigerador, sacó una botella de agua y luego se sentó junto a ella.

-Hola- la saludó con total naturalidad, como si acabará de notar su precencia.

Ella levantó la vista de lo que había estado escribiendo en su agenda y fijo los ojos en él por un momento.

-Hola- respondió lentamente mientras se preguntaba porque Yeonjun la saludaba cuando la mayoría del tiempo él fingía que ella no estaba allí- ¿Pasa algo?

-Nada.

¿Ajá? T/n lo miró esperando a que él dijera algo más, pero no sucedió. Él solo continuo tomando agua como si aquella fuera la situación más normal del mundo. Cuando se canso de esperar que Yeonjun terminara de decirle porque estaba allí y la situación se volvió demasiado incómodo para su gusto, se puso de pie.

-Bien, iré a dormir- dijo.

Yeonjun asintió mientras metía la mano en sus bolsillos y sacaba unas llaves.

-Toma- dijo extendiendolas hacia ella.

-¿Que?- cuestionó mirándolo con un poco de desconfianza sin tocar las llaves.

-Toma las llaves- repitió.

-¿Para que?

-Para que las tengas. Son las llaves de un auto. Tu no tienes uno, al menos por ahora. Es un prestamo- respondió con fastidio.

T/n siguió mirándolo con desconfianza.

-¿Por qué?- volvió a preguntar, a riesgo de parecer una tonta.

-¿Vas a tomar las llaves o no? Estoy haciéndote un favor.

-Creo haber escuchado que tú no haces favores- objetó.

-Okey- suspiró volviendo a meter la llave en los bolsillos de sus pantalones y poniéndose de pie- Despierta temprano mañana- agregó saliendo de la cocina.

¿Que? ¿Había dicho que despertara temprano? ¿Por qué le importaba si lo hacía o no? Salió tras Yeonjun y lo alcanzó justo en el momento en que llegaba al pasillo.

-¡Oye! ¿Por qué quieres que despierte temprano?

-Bueno, en vista de que no aceptaras mí evidente muestra de buena fe, tendré que llevarte al trabajo- explicó con cara de niño inocente.

Y Ahora ¿Que Hago? (Yeonjun y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora