- XV -

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La temporada de lluvias había pasado, las nubes grises cargadas de lluvia parecían estar desapareciendo, sin embargo el viento se alzaba en el este y azotaba aun cálido, pero dentro de poco seria frio. Hoy las nubes era ligeras blancas como pedazos de algodón decorando el azul del cielo. Ya poco faltaba para entregar el trabajo final el ansiado concurso nacional de literatura estudiantil, el cual prometía mucho para Remy, quien hoy en un día tan hermoso se encontraba con todo lo que él era, despedazado, regado, destrozado.

Simplemente el día anterior se volvió negro, se convirtió en lo mas cercano a su muerte, y le provoco la peor pesadilla que nunca pensó tener. Su imaginación de escritor no era tan sorprendente como la vida muchas veces se transforma.

Los bondadosos rayos de sol se cernían sobre su ventana, sin embargo parecía que estos eran absorbidos por la ventana, siendo tragados, sin iluminar la habitación. Se despertó después de una larga noche sin tener la capacidad de pensar, razonar, escribir algo decente.

Intentándose acomodar la ropa y el cabello muy rebelde por la mala noche, se disponía a intentar sobrevivir ese día. Se puso de pie y en el reflejo del espejo vio el crucifijo sobre su cama, al cual le tenia fe, pero que había arrancado de la pared al saber de su terrible realidad, sintiéndose inocente, sin merecer el daño recibido, impotente e incapaz de entender las razones. Esas que le habían provocado el daño más grande jamás sentido por él, dos días que jamás pensó que le harían lo peor.

Saliendo de casa en su bicicleta y pedaleando hacia la escuela como era habitual, un habito vacío que monótonamente esa mañana realizo, observo un charco de agua estancada desde la última lluvia que ya hacia más de una semana, paro ahí e intento observar su reflejo, pero lógicamente no lo pudo ver... aun así no solo era el reflejo físico el que no podía ver, hasta el reflejo de su alma no demostraba ningún sentimiento grato. ¿Como podía ser que algunas veces las imágenes cuentan tanto? ¿Seria que el había sido engañado por el reflejo de un estanque de agua turbia? Donde él se reflejo con Michelle y nada de lo que parecía, era en realidad, nada...

Ya en la escuela, caminando muy lentamente en los pasillos para llegar a su aula se encontró con mucha gente que lo saludaba. Ya era aceptado por sus compañeros, pero ya no le causaba gozo serlo. Pero la diferencia a la de principio de semestre era demasiado notoria. La diferencia que le ayudo Michelle, la misma que hace dos días ella misma había destruido.

Y al poner el primer pie dentro del salón pudo ver muy en el fondo su lugar a la linda rubia, a la que aun quería. Michelle quien lo miro a los ojos de pronto se puso de pie y camino para tomar otro lugar. Tanto había cambiado, que la mirada que le inspiro a soñar, hoy lo apuñalaban. Remy titubeo al dar ese paso, pero se armo de valor y coraje para terminar de entrar. Sus compañeros de clase se percataban de la incomodidad que se extendía en todo el lugar, algunos miraban de reojo curiosos, otros pretendían ignorar la escena, otros mas descarados miraban todo con suspicacia. De entre la multitud recargada en la puerta de la entrada se desprendió Lorgia y puso su mano en el hombro de Remy que iba entrando y le murmuro al oído: "¿me siento a tu lado?"

Contemplando a Lorgia con desconfianza el mismo se pregunto por la oferta.

Sin siquiera estar consiente del daño hecho a su amiga, Remy era aun indiferente a lo que ella sintió en los días anteriores cuando el discutió con ella. No le importaba en ese momento los sentimientos de Lorgia.

Olvidando las palabras que Remy le había dirigido en los días anteriores; la misma Lorgia, siempre con aire triunfal, hoy tenia un atisbo de extrañeza; sin embargo hacia lo que una amiga debía de hacer.

Remy respondió el ofrecimiento en ademan de negación.

¿La rubia que hacia ahí?

Su pesadilla aun no terminaba.

Promesas RotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora