- XXVIII -

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El polvo que volaba a gran velocidad le surcaba la piel del rostro, especialmente en los parpados; estrechaba los ojos para evitar que todo lo que el viento, tan en rachado como estaba, le cegara y perdiera contacto visual con Elia que la observaba en la corta distancia.

"Los elementos se comportan de acuerdo a lo que las personas como tú y yo somos capaces de controlar, no es que controlemos el clima, pero las fuerzas de la naturaleza se emparejan y armonizan en esos momentos, no tengas temor, la naturaleza no te hará daño."

Lorgia escucho atenta a su mentora, antes de ponerse un pie en un pálido circulo de piedra caliza perfectamente tallado que parecía más un tapete. Inicialmente cerro los ojos para buscar serenidad dentro de sí misma, aunque sin saber que en realidad buscaba y mientras los instantes pasaron el viento se levantó poco a poco hasta tomar fuerza y de pronto pudo oír murmullos en el ventarrón, apretó la mandíbula de inmediato, cualquiera pensaría que es el juego que hace el viento cuando alcanza presteza, pero ella sabía que no era así, ya lo había escuchado anteriormente y fue ahí donde abrió los ojos sintiendo el polvo.

La noche anterior mientras tomaba coca con leche caliente en la blanca pulcritud de la oficina de Elia por fin pudo oír lo que días a tras le sonarían a gloria.

- Ya podrás irte.

Sin embargo, en ese momento no parecía significar lo mismo. Con aire de confusión puso la mirada en el fondo de la taza blanca que tenía en sus manos y bajo la barbilla sin responder.

- Pensé que te alegraría saberlo, Lorgia. –en tono comprensivo Elia espeto-

Solo un suspiro fue la respuesta.

Quería irse con urgencia en el mismo momento en que llego a ese lugar, regresar a todo lo que dominaba, a su normalidad. Pero todo cambio.

Descubrir que poseía un "don", percatarse de que lo que sentía por Remy era mucho más complicado de lo que podía esperarse y finalmente y lo más importante, saber más sobre su madre y su partida, ponerse en contacto con ella... al fin parecer que podía tener control sobre ese talento que antes era una maldición.

- Si... -atrajo la taza a su regazo- es solo que ahora todo es diferente.

- En efecto, así lo es. –Elia tomo asiento a su lado- Todo será diferente, y no está mal. -tomo su mano, esta vez sin intención de nada transmitirle y le sonrió- Además no lo des por sentado, -soltó una risita traviesa a modo de broma- tendrás que hacer algo como un "examen final" antes de partir.

Los exámenes nunca le atemorizaron y este no iba a ser el primero, sin embargo, era un reto, ya no le aterraba el usar ese don y aun así parecía ser mayor la confusión de sus sentimientos hacia Remy que lo que Elia le comunicaba.

- ¿Qué tendré que hacer?

- Sera sencillo, tienes que encontrar la forma de activar y desactivar tu habilidad a voluntad, encontrar la forma... como un interruptor.

Sonaba simple, pero como todo examen, Lorgia sabía que no lo sería.

Ahora no solo el viento reaccionaba a ella, en los hombros y su espalda su piel se erizaba, la temperatura comenzaba a descender y también las nubes se agrupaban para nublar la mañana, escucho su respiración agitarse, pero cerró los ojos nuevamente, se estaba desconcentrando y sentía que perdía ese lazo que la conectaba con su don.

Suavemente se hinco en la circunferencia caliza, como aquella vez que su madre la arropo con sus palabras, dejo que su ser se expandiera, que sus sentidos se diluyeran como polvo de estrellas en la amplitud del ambiente para poder captar lo que normalmente el ojo humano no puede ver, oír los sonidos que los oídos no pueden y sentir en lo más profundo de sí misma lo que ese velo delgado oculta y que la engulle a un blanco brillante disparando los demás colores hacia la inmensidad.

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⏰ Última actualización: May 30 ⏰

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