¿Qué tanto alguien puede resistir? ¿Cuál es él límite de cada persona?
Admito que nadie sabe el de cada quien, pero posiblemente, al final de todo, cuando nada queda... ese límite puede estar más allá del que pensamos soportar...
Pero ¿cuándo, dónde, que tanto es él límite?, ¿Es en el momento donde tu última gota de sudor cae al suelo, y ya no puedes más? Que cada día que pasa los embates de la vida son más fuertes sin importar lo que suceda; ¿puedes con ellos?
Cuando aun deseando que todo dé un giro absolutamente nada cambia, ni para bien o para mal.
¿Qué haces?
¿Te tiras a la derrota permanente?
¿Acaso agachas más aun la cabeza, y un poco al futuro, ahí perdiendo todo tipo de esperanza, comiendo tierra para sobrevivir, por fin abandonas toda expectativa?
Tal vez no quieras ser derrotado, pero ¿podrás seguir? ¿Esperas llegar a un límite que ya vives?
Pero tu empeño te dice que sigas, pero el alma y carne están cansadas y no desean seguir.
¿Por qué sigues? ¿Qué promesa te ata? ¿Qué fe te empuja a seguir?
¿Por qué lo haces?
¿Es justo? ¿Es justo para ti?
La mera existencia se puede tornarse así; no es cruel ni justa, regida por la probidad del equilibrio natural, cualquier que sea este. Si algo sube, algo deberá bajar. Si no es cerca de ti, en otro lado sé vera la ley. Porque nada se crea o se destruye, solo cambia de forma o lugar. Hecho eso ya nada puede cambiar. Donde no hay que comer en otro lugar hambre no habrá... donde hay sed, en otro lugar habrá manantiales para todos, solo equilibrio. Ese equilibrio es el mismo que mantiene las circunstancias en todo lugar. Esas determinan las acciones nuestras de cada día.
Circunstancias esas fueron las que hicieron ver inútil e impotente a Remy, ya que al parecer nada pudo hacer ante la partida de Michelle. Pero hizo lo mejor que podía, él quererla a su lado seria egoísta e hizo lo mejor para ambos, solo debía dejarla ir, nada hubiera sido mejor. El deseo de estar con ella no era menor del amor que él le tenía, pero ese era el menor apoyo que merecía, y que él le podía dar, ella lo merecía.
Sin embargo hoy comenzaba una nueva vida, una que hoy viviría sin su primer amor. ¿Daria este muchacho vuelta a la página?
¿Se quedaría atrapado en los incoloros ayeres?
Era la mañana. Temprano. Muy buena hora para poder empezar el día.
Abrió los ojos antes del amanecer, antes de que sonara su reloj despertador, aún faltaban veinte minutos para que este sonara.
Se quedó ahí, mirando al techo, a las estrellas que el algún día coloco en formación de diferentes constelaciones.
De pequeño creía que las estrellas nos vigilaban y que tal vez podían darnos fuerza, que nacíamos bajo una constelación y que esta velaba por nosotros; cuando su madre murió pensó que sería como una estrella que lo vigilaría desde el firmamento.
¿Qué había de nuevo entre este mañana y aquellos donde no podía ver más allá de sus marices?
Teniendo pensamientos tristes prefirió ponerse de pie. Vio el nacimiento de un nuevo sol para él, un incentivo para arrancar, y fue a ducharse.
En las semanas pasadas buscaba la mejor ropa para que Michelle notara a una nueva persona, alguien a quien ella había cambiado la vida. Al intentar buscar ropa que vestir, deseaba vestirse como siempre, como antes cuando tomaba lo primero que llegara a su mano sin siquiera mirarla antes mucho menos pensar en ello.
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Promesas Rotas
Teen Fiction¿Que sucede cuando siempre haz creído que ser, como eres y recibir lo que recibes, esta bien? ¿Que tanto te puedes quedar en esa esquina oscura sin esperanza alguna? ¿Hay salvación para algo así? Remy no lo sabe y lo ignora todo. Un giro de tuerca a...