- VII -

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"Mi vida sola ha sido un juego para todos los que me rodean; siempre he tenido que ser callado y absorto. Esperando que alguien se apiade de mí, porque desde siempre he tenido que olvidar mis sentimientos y nadie se preocupa por lo que yo sienta. Desde que mi madre murió nadie me escucha, nadie esta ahí para mi. ¿Que esperanzas debo de tener para mi? Cuando llegaba a pensar que era bueno en algo siempre había una persona que me regresaba de un golpe al abismo de mis sueños. Solía decirme que solo era suerte o que simplemente NO. Eso no era para mi. Se me despedazaba todo aquello que podía ser mi sueño. Quedando vacío, sin nada en el alma. Siempre sintiendo miedo y desesperación. Presenciando fracaso tras fracaso, en lo que me repetía: esta es mi vida, viviendo a las espaldas de mi propia familia. No sé si eso se puede llamar vida..."

- ¡No! Te equivocaste en algo... si tienes sueños. En tu novela lo muestras...

- Si, en esa novela plasme lo que un día quisiera ser... después de esta tormenta... que jamás acaba... Y no sé cuando terminara... y no sé si mi alma pueda mantenerse.

"Solo un motivo, ahora, me mantiene en esta batalla. Eres tu, jamas pense encontrar una persona que tuviera el valor de quererme. La primera vez que vi tu rostro, fue un chispazo y sentí que había algo... una conexión... que aun no logro entender. Pero al admirarte por primera vez te sentí tan inalcanzable como las estrellas; que eras como todas, una cumbre mas que imposible. Y no importa el poco tiempo que llevamos juntos, siento como si te conociera una vida.

Me has devuelto la fe y esperanza en que todo puede cambiar, me has dado algo que jamas había sentido... amor. Cada día que paso contigo siento el mismo calor que sentí con mi madre... eres todo para mí..."

- Yo nunca he sufrido lo que tu... nada parecido. Mi vida ha sido simple y con poco esfuerzo... nunca he tenido que sufrir.

- Te envidio. Yo quisiera esa vida... es perfecta, tienes ambos padres, no peleas con ellos y no pelean entre ellos. Es una bendición. Y lo mejor es que no tienes hermanos... ja.

- Pero hay veces en las que me siento sola... y el que nada tenga esfuerzo te hace sentir inútil.

- ¡Pero mírate! Eres una buena estudiante, muy bella, noble... tus padres han hecho un excelente trabajo. ¡Vales mas que oro! ...daría mi vida por ti...

- ¡No digas eso! Soy como cualquiera, y agradezco a Dios el tener esta vida. Y creo que es mi deber ser así ya que soy feliz... y más contigo. Nunca te haré daño... te lo prometo. Te amo Remy...

- Te amo Michelle...

Y esa noche, una de las más amargas en la vida de aquella pareja, paso. La inquietud, el sentimiento de ajustar cuentas con Lorgia, la amargura y el amor; hicieron que las siguientes dos semanas pasaran como agua. Día a día perfeccionaban la novela, haciendo más quieta su existencia, y con dulzura y amor siguieron.

La soberbia de Lorgia lejos de apaciguarse después de aquella pelea, se desbordaba, haciendo comentarios siempre que podía en contra de Remy y Michelle; Siempre haciendo preámbulo para su gran victoria... ella decía.

Esas dos semanas hicieron unidos a Michelle y Remy.

Y su amor parecía crecer mas.

Y Geraldine salía hacia California a la universidad, dejando solos a su hermano y padre.

Nada cambiaría, la distancia entre ellos dos ya era imposible de remediar y un padre mirando a su hijo como enemigo... así seguiría.

Un día antes de entregar la novela para el concurso, Remy caminaba solo por la calle después de haber dejado en su casa a Michelle. Era tarde, la obscuridad que apenas sé hacia sentir, y la prematura luz de los faros alumbraban la calle... de pronto sin quererlo observo aquel árbol al que llego días antes con un gran dolor. Una leve brisa sé hacia aparecer... la temperatura bajo instantáneamente y Remy se hinco casi al pie del árbol.

De aquellas cosas inexplicables, una sensación de melancolía y tristeza lo invadieron. Como si en esta ocasión el árbol le hablara, como si compartiera sus penas... sin palabra entendible al oído, solo sentimientos.

Tal vez había una conexión entre ambos, al mirar al árbol con el sentimiento en común...

Remy pensó que el árbol y él eran parecidos, muy parecidos, el erguido como desafiando un barranco de concreto y el también hacia el barranco de la desesperación, solos, pero no, se equivocaba... recordó a Michelle quien lo acompañaba y se alegro de no ser igual al árbol. Se alegro de no estar solo... ya que es una agonía mortal.

Su vida transcurrió ahí, solo... en la escuela, en familia, sin amigos. Remy muchas veces se pregunto si esa era vida, no se podía responder como en muchas ocasiones. Por que sabia que no tenia el poder no control para ello, eso lo impulso a escribir, a tener el control y poder de todas las decisiones. Y con ese poder cambiaría todo.

Todo lo haría... ese era su sueño... el cambio.

Y hoy por primera vez ha tenido ese poder. De cambiar su vida, una luz es lo que ve, ya tiene un deseo para seguir, algo que no tenia.

Aquellos días fueron, tal vez, los más felices de su vida.

El día esperado llego, la ansiedad y el temor eran los invitados principales. Pero en ningún momento dudo en que podrían perder, Michelle y el.

Al cruzar la explanada para entregar trabajos, Michelle y Lorgia se miraron de frente. Parecía un duelo. Caminaron al mismo tiempo para llegar a la dirección y entregar por lo que habían comenzado.

Una lluvia torrencial caía, el aire tenia el poder suficiente para tirar árboles, y así levanto gran cantidad de polvo. Y chocando al salir de la escuela. Michelle miro a Lorgia... con una mirada extraña como si no solo compitieran por el concurso, como si fuera por algo mas.

Aquel día paso y nada mas sucedió.

Promesas RotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora