El día viernes había llegado, nublado y sombrío.
La escuela era igual que cualquier día, normal. Gente en la explanada, gente entrando y saliendo.
Eduardo caminaba por la explanada, en paso lento y tibio, sin destino alcanzo a ver a Michelle en la puerta de la escuela esperando a alguien... Remy. Se decidió a acercarse y dos pasos antes de llegar pregunto en tono de saludo.
- ¿Lo estas esperando?
Ella agacha la cabeza en signo de afirmación. Y diciendo.
- No paso por mi... y ya debería estar aquí...
La preocupación de Michelle la ponía triste, parada a un lado de la puerta. Vestida con un abrigo azul marino y un lindo vestido de azul claro. Cuando un coche deportivo de ultimo modelo llego a toda velocidad. De el salieron Remy, su padre y su hermana.
Su familia.
Rígido, alto, de rostro severo y pelo canoso el padre de Remy avanzo sin mirar a quien.
Su hermana, Geraldine, iba a lado de el. Linda, de rostro agraciado pero con mueca de molestia... cabello rojo y tez blanca, alta y de bonita figura, sutil.
La rubia observo eso y saludo a Remy, quien al bajar del coche y verla una sonrisa se dibujo en su rostro.
Su padre con un tono de voz muy estricto le ordeno.
- Muévete, ¿quieres?
La hermana de Remy, se tomo un momento para mirar a Michelle detenidamente mientras pasaba a un lado de ella.
- Te veo después, espérame por favor. –pedía él-
- Si. –quiso besarlo, pero le pareció imprudente hacerlo- Aquí estaré.
Por la explanada, el padre de Remy en tono humillante en voz alta exclamaba.
- ¡Poco mas de un mes de clases y ya das problemas! ¡¿Nunca vas cansarte de ser un mediocre?! ¡Deberías ser como tu hermana, inteligente aun que fuera por una sola vez!
Ya acostumbrado por esa clase de insultos, Remy, solo caminaba haciendo caso omiso de los comentarios mal sanos de su padre. Mas de una persona escucho una de las expresiones de su padre. Y la etiqueta de perdedor sé hacia aun más imborrable.
Michelle de primera mano fue una de las personas que escucho eso. Una gran rabia le lleno el alma, no podía creer lo que escuchaba...
Eduardo señalaba que él había visto peores regaños e humillaciones. Michelle pregunto por ello.
- Él lo ha humillado peor, y enfrente de mucha más gente...
- ¿Nadie hace nada? –Cuestionaba ella-
- No, ¿por qué crees que es como es? Ni a sus abuelos les importa...
- ¿Tu como sabes eso? -duda Michelle de sus palabras-
- Yo he ido a esas reuniones en las cuales solo hablan de quien tiene le mejor auto, la mejor casa, el mejor hijo o hija.
La incredulidad de Michelle no tiene limite, cada vez que se acerca a este chico que comenzó a amar, cada vez es testigo de la horrible realidad que ha vivido, no por días o meses, por años.
- Remy siempre sale perdiendo, no se dan cuenta que no le nadie le importa. Él es una buena persona, pero nadie se da cuenta, se dejan llevar por las apariencias.
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Promesas Rotas
Teen Fiction¿Que sucede cuando siempre haz creído que ser, como eres y recibir lo que recibes, esta bien? ¿Que tanto te puedes quedar en esa esquina oscura sin esperanza alguna? ¿Hay salvación para algo así? Remy no lo sabe y lo ignora todo. Un giro de tuerca a...