Nothing else matters ☆━ Kirk Hammett

Uno.

—¿Como carajos no van a saber en donde está Joss? ¡deben abrir en una maldita hora!

Los chicos y yo nos mirábamos sin saber qué hacer, aparte de que el hecho de estar más drogados que un par de adolescentes precoces en un bar nos hacía imposible pensar en algo, y nuestra disque ayuda no haría más que empeorarlo todo. Habíamos llegado al auditorio hace más de cinco horas y todos estábamos completos y sobrios, incluso lo primero que hicimos fue un ensayo rápido.

Luego Joss nos dio algo de hierba, estuvimos un rato en el camerino hablando sobre las posiciones de cada uno y votando si el orden de la canciones estaba bien. Después Andie salió con un chico, y Joss se fue casi después que ella.

No tenía ni la más mínima idea de a dónde pudo ir, es una ciudad completamente desconocida, peligrosa, llena de emoción, de casinos, gente tirando su dinero a lo estúpido... lo cual me preocupa. Él no sabe cuidarse solo, si le dijeran que tienen alguna máquina del tiempo en un callejón oscuro, iría sin pensarlo.

—Los policías están buscándolo por todo el auditorio, y en cualquier momento lo comenzarán a buscar por toda la ciudad—siguió Linda, nuestra manager, caminando de un lado a otro apretando el walkie talkie en su mano—.¡Es un irresponsable! no les puede hacer esto a ustedes, no ahora.

Asentimos preocupados. Joss jamás nos dejaría plantados, pero aún así, no podemos darnos el lujo de fallar en algo.

No cuando estás a punto de abrir un concierto de Metallica.

Debo aceptar que gran parte de este éxito es gracias a nuestras apariencias, Pete es el sueño de muchas chicas, y no dudo que también de numerosos chicos, y así con todos los miembros de la banda. Amantes llueven, Andie tiene una pareja de gira con quien claramente se divierte durante esos días. Nueva ciudad, nueva pareja.

Y yo, bueno. Me gusta tener mi vida sexual y amorosa -que de amorosa tiene poco- en privado, procuro salir en las noches cuando menos personas pueden verme. Igual no es que sea tan famosa, sin embargo constantemente me veo involucrada con personas conocidas, lo cual hace más fácil tenerme en el ojo público.

Pero eso no importa.

No encontrábamos al vocalista de la banda desde hace hora y media, y abrimos el show en menos de una. Aparte de que será más difícil encontrarlo entre todo el público llenando el lugar, debemos hacerlo lo más pronto posible o terminará abriendo cualquier otra banda dispuesta a hacerlo, menos nosotros.

—Un trabajador asegura haberlo visto en la bodega del auditorio, justo donde guardan los refrigeradores con sodas y cervezas —dijo esa voz masculina a través del walkie, sacándome de mis pensamientos.

—Voy para allá —contestó Linda de inmediato—. Y ustedes no se muevan de aquí o les juro que rompo el contrato—pensé que en cualquier momento nos lanzaría el walkie o lo destrozaría con su mano. Salió corriendo y azotó la puerta detrás de ella.

Una vez solos, nos sentamos en los sillones de la oficina del director del auditorio. Aunque no lo demostrábamos, estábamos muertos de nervios y miedo, y era más que justificable.

—Joss debe estar más ebrio que vivo—dijo Andie rompiendo el hielo—. Linda le va a poner la peor regañada de su vida

—Lo sé—contestó Pete, riéndose un poco—, solo espero que no vomite en el escenario como esa vez en Philadelphia.

Andie carcajeó—. Lo bueno que vomitó estando fuera del escenario, sino ya estaríamos trabajando en un supermercado.

—Cállate, ese es un buen trabajo—la codeé—. Me dio de comer cuando mis padres me corrieron de casa.