Nothing else matters ☆━ Kirk Hammett

Seis.

Jolenne no contestó. Se limitó a regresar su mirada a la ciudad y fruncir el ceño, estaba analizando su respuesta.

—No quiero que los medios estén detrás de ti por esto. Son fastidiosos y no podría vivir con... —

—No voy por el mundo mostrando mi trasero, aunque sea difícil de creer.

En su tono de voz Kirk identificó molestia, pero esas no eran las intenciones de la chica, quien se dio cuenta de cómo lo dijo —Sonó peor de lo que esperaba, pero supongo que está bien, solo debemos dejar que se curen para hacer otro encima.

—Bien...

Después de unos momentos de silencio, él volvió a hablar—. ¿Qué harás mañana?

Ella pensó su respuesta, tratando de recordar la agenda que Linda les preparó semanas antes. —Creo que tenemos una sesión de fotos a las once.

—¿Eso quiere decir que por la tarde estarás libre?

—¿Y eso a qué viene?

—Pues... debemos hablar de todo esto, pero creo que este no es un buen momento— ella asintió—. Mi entrañable amiga _____ Jolenne, ¿me haría el honor de tener una agradable cena con su compañía para conversar acerca de los sucesos antes cometidos?
D

espués de eso podríamos ir a ver algún largometraje o lo que le parezca.

Ella rió, un chico como Kirk diciendo cosas caballerosas era gracioso. —¿No dijiste que no querías que los medios estuvieran detrás de mí?

Él pensó su respuesta un poco, sabía que ella tenía razón —. Te espero en mi suite a las cinco.

—¿Sabes cocinar? —preguntó ella en un tono burlón.

—No. Pero existe el servicio a la habitación.

—No habrás hecho tan especial invitación solo para pedir comida del hotel —él frunció los labios—. Cocinaré yo, ¿aceptas? —estrechó su mano.

—¿Sabes cocinar? —imitó la pregunta que antes le hizo, y ella rió sin bajar su mano.

—No, pero tampoco incendiaré la cocina.

Ella sabía que no era cierto, pero quería sorprenderlo.

—Entonces acepto —correspondió a su gesto con una sonrisa ladina.

Ella esbozó una gran sonrisa mostrando sus hermosos dientes, era algo que a él le encantaba. Sin importarle nada más, incluso si alguien los veía, Kirk se impulsó hacia Jolenne y la besó. Al principio se sorprendió ante tan apresurada acción, pero no dejó que sus pensamientos interfirieran en ello y se dejó llevar. Mantenían un ritmo inigualable, como si sus labios estuvieran hechos para encajar perfectamente, como si hubiesen sido creados a la medida del otro.

Ella no tardó en guiar sus manos al cuello de Kirk, sintiendo su largo y rebelde cabello entre sus dedos. El chico, un poco dudoso, llevó sus manos a la cintura de Lenne, y la acercó más a él.

No tenían idea de cuánto tiempo había transcurrido, si un minuto, diez, o tal vez media hora. Quién sabe. Solo sabían que se sentía jodidamente bien y que anhelaban que ese momento durara siempre.