4| NOVATOS17 de julio, primer entrenamiento.
He dormido más de ocho horas, he dejado que la cascada de agua fría de la ducha caiga sobre mi espalda para estar centrada durante todo el día, me he vestido con la ropa que había sobre mi cama y que se supone que tengo que llevar puesta, me he calzado las botas negras que me regaló Asher en mi último cumpleaños y he salido a desayunar fuera de la habitación junto al vigilante. Como no había nadie en el comedor, hemos desayunado solos y en silencio.
Todo va según lo previsto.
—¿Xena? —Eros me obliga a levantar la vista del leve temblor de mis manos. Se levanta de la cama de un salto y camina hasta la entrada del cuarto—. Saldremos en unos minutos. Haz lo que tengas que hacer antes de irnos, no vamos a volver hasta la hora de cenar.
Vuelvo a pasar por el cuarto de baño para mojar mi rostro con agua helada. Anoche, mientras el rubio se dedicaba a roncar, yo estuve preguntándome cuánto tiempo sería capaz de mantener la mentira con vida. Ellas mismas crecen paulatinamente y te ocultan cada vez mejor. Pero, si dejas que una sola persona huela su presencia y la mire directamente a los ojos, se hará pequeña hasta desaparecer tan rápido que no te dará tiempo a pensar qué les dirás a todos cuando ya no esté. Fingir que no llevo toda mi vida entrenándome para ser la mejor guardiana del agua será como dejarla sola en una sala llena de personas bajo un foco y con un cartel en la frente que diga «miradme, estoy aquí».
Miro mi reflejo antes de salir. Al menos parezco una de las suyas.
—Hora de irse, forastera —avisa Eros.
—¿Sabes lo que voy a hacer en esos entrenamientos? —pregunto, cerrando la puerta de la habitación.
—Claro que lo sé.
—No me gustan las sorpresas. ¿Me das una pista?
Calla mirando al frente.
—Paciencia.
—No tengo mucha, lo siento. Dame una pista.
—Esa era, impaciente. Vas a tener muchos problemas si intentas hacerlo todo en un día.
Resoplo. Recuerdo cada una de las veces en las que mi padre ha pronunciado esas mismas palabras. Como consecuencia de su gran insistencia en convertirme en alguien con una paciencia digna, he terminado desarrollando lo contrario. Siempre quería más. No importaba lo cansada que estuviera ni los planes que tuvieran para mí. Cuando se trata de convertirme en alguien más fuerte, la paciencia se ahoga en una esquina.
No obstante, en esta misión no puedo seguir ignorándola.
Eros se detiene cuando llegamos a la puerta principal del castillo. Ni siquiera me he dado cuenta de que el camino que hemos seguido para llegar aquí no es el mismo que ayer.
—¿De qué estás tan sorprendida ahora?
No es sorpresa, sino miedo.
Supongo que no importa lo mucho que me esfuerce en calmarlo si sé que cualquiera de las veces en las que entre en ese castillo puede ser la última. Tal vez, si Marvin estuviera aquí conmigo, mis inquietudes dejarían de gritar.
—No es nada.
Eros envuelve sus dedos en mi muñeca sana con fuerza para moverme y llevarme hacia las escaleras del interior. Lo primero que capta mi atención es el grupo que sube tranquilamente. Ríen, hablan, bostezan y vuelven a reír.
Frunzo el ceño, envidiando su poca preocupación.
Llegamos al final de las escaleras y nos detenemos tras el último escalón.
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Ignis
FantasyGUARDIANES DE LA LUZ, I Runar, el nombre de mi padre, significa secreto. Seguramente, quien decidió ese en vez de otro nunca hubiera imaginado que años más tarde le haría justicia de tal manera que ni una sola persona de todo el archipiélago Eiríni...