6| FINGIRLunes. Cyran me observa con el ceño fruncido mientras termina de reforzar sus muñecas con las vendas. Supongo que está tratando de encontrar una sola razón del porqué estoy tan calmada tras perder prácticamente todas las rondas en el último entrenamiento. Él no lo sabe todavía, pero mi sonrisa será lo único que verá al cerrar los ojos una vez arranque la tela y el cartel en mi espalda que avisa del peligro deje de estar oculto.
Me coloco en posición de ataque y espero.
—¿Me darás hoy un poco más de juego, princesa? El último día casi me duermo.
—La suerte del principiante. No te confíes, Cyran.
—Callada estabas más guapa.
El primer golpe es suyo, directo a mis rodillas, ejecutado de la misma forma que la última vez, solo que en esta ocasión permito que el golpe impacte con toda su fuerza y me limito a mantenerme firme sobre la superficie acolchada, estudiando.
El siguiente impacta en mi abdomen. Es el doble de fuerte que el anterior, pero no lo suficiente como para lanzarme al suelo. Veo como su mandíbula se tensa y sus ojos viajan de mi abdomen a mi cara varias veces. Cyran es un tío fácil de leer, después de todo. Si no hubiera permitido que la decepción me envolviera cuando me enfrenté a él, seguramente mi venganza hubiera tenido lugar esa misma mañana, en la ronda inmediatamente posterior a la que ganó el idiota.
Cierro los ojos cuando veo como su puño se acerca a toda velocidad y caigo al suelo finalmente tras el impacto. Paso mi mano por la zona golpeada de mi rostro mientras él ríe y el líquido rojo que mancha mis dedos y mi frente saca sin querer un recuerdo similar. Uno que papá me obligó a guardar con llave en lo más hondo de mi memoria. Las únicas dos veces que he pensado en él he terminado castigada sin poder salir de mi cuarto por cruzar la línea con dos de mis compañeros.
—¿La princesa está sangrando?
—La princesa está muy tranquila. No te conviene alterarla.
—Venga, no me hagas reír. No me has tocado ni una sola vez.
Ahora que piensa que la victoria no va a dejarle tirado y se ha relajado, es más difícil ocultar mi sonrisa. Ha pasado tanto tiempo desde que alguien se confió entrenando conmigo que casi se me olvida lo divertido que es entrar en su cabeza y reír hasta que los pensamientos de destrozarme se desvanecen y solo les queda el sonido de mi risa a todo volumen.
—Quien avisa no es traidor.
Vuelvo a colocarme en posición de ataque y espero a que me siga. Tras unos segundos, se coloca y me muestra una seguridad que va a durarle aproximadamente un minuto. Doblo las rodillas ligeramente y salto lo suficiente como para esquivar el primero de sus golpes. Cuando mis pies vuelven a tocar el suelo y Cyran parece desorientado con mis movimientos, subo el pie y le borro la sonrisa de una leve patada en la mandíbula.
—Vaya —río—. ¿Te ha dolido el golpe de la princesa?
—Oh, vamos. Solo ha sido uno.
Cubro mi torso con una mano y atrapo su puño antes de que llegue a rozarme la camiseta. Sonrío y giro su muñeca lentamente, disfrutando de esa sutil mueca de dolor en su rostro. Cyran intenta de todas las formas posibles deshacerse de mi agarre y darme con el otro brazo, pero lo único que consigue es que mi imagen termine infiltrándose en su laberinto y reemplace toda esa confianza que tenía en pisotearme de nuevo.
Cierra los ojos, frustrado, y sé que lo tengo justo como quería.
—Esto te pasa por subestimarme. —Mis nudillos arden y la sangre gotea sobre mis botas cuando mi puño impacta en su nariz.
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Ignis
FantasyGUARDIANES DE LA LUZ, I Runar, el nombre de mi padre, significa secreto. Seguramente, quien decidió ese en vez de otro nunca hubiera imaginado que años más tarde le haría justicia de tal manera que ni una sola persona de todo el archipiélago Eiríni...