Necesidades

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-...Yo... yo no entiendo de esas cosas tan políticas, Shin-man, pero ahora que recuperamos el contacto no queremos que te sigas exponiendo.

-Esto lo termina, Toji. Las negociaciones comienzan y terminan el lunes, luego de eso me retiro para siempre. Estoy cansado, llevo mucho tiempo exigiendo mi cuerpo sin descanso.

Fue otra media hora en la que Shinji habló de él mismo. La desesperación por no estar solo tanto tiempo lo llevó a hacer excesos en sí mismo con el paso de los años. No tomar vacaciones, leer mucho fuera de casa, no ser capaz de ver fútbol sólo... de lo único que no habló fue de los años que llevaba durmiendo abrazado a una almohada.

Pero había algo más que debía sacarse del pecho, y era algo que sentía podía hablar con ellos.

-Chicos, hay algo que supe hace unos años y me desmontaron anoche.

-¿Eh? ¿Y eso qué es? -Preguntó Hikari.

-Tiene que ver con Misato. -Luego de decir esto, vio los rostros de sus amigos transformarse en lamento- Las MAGI se equivocaron, y no sé qué hacer con eso.

-¿Con qué se supone que se equivocaron? -Preguntó Toji-, o sea, sé que no es posible, pero...

-Con lo que yo sentía por Misato, y viceversa -el moreno deportista se puso pálido ante esto-. Fue real, todo.

-¿...Y de donde sacaste eso?

-De mi madre. Vino anoche y me dijo todo. ¿Recuerdas lo de los escritos del Mar Muerto?

-... -Toji no pudo hacer mucho más que asentir.

-Bueno... la verdad es que ella no hizo nada. Sólo hizo que conectáramos un poco mejor. Los escritos del Mar Muerto se debían cumplir un par de semanas después que yo saliera del Eva, no a los cuatro meses.

Hikari no entendía nada, pero al ver a su pareja dedujo que había algo horrible sobre lo que ella no sabía. No era el momento para apresurar una respuesta, pero era evidente que era algo extremadamente comprometedor. ¿Era de esas cosas que llaman secretos de guerra? ¿Toji tuvo que guardar uno con solo catorce años? Vio y supo más de lo que debía cuando era niña, y él estuvo al medio de la tormenta. Dos veces.

-No... No quiero que sea cual sea su opinión de Misato cambie ahora. Creo... -Ambos se dieron cuenta de que estaba peleando para dar su idea-. Ambos estábamos aislados, y pensándolo bien, necesitábamos estar bien con el otro. Yo sé que yo a ella no le gustaba, pero me amaba.

-...Shinji, creo que debes soltar lo que quieras decir -dijo Hikari.

-Creo que es triste. Me doy un poco de pena, la verdad. Quiero decir... Siendo precisos, ella me violó, pero aún así daría lo que fuera por volver a tenerla conmigo. Siempre asumí que con esto de la maldición ella hipotéticamente me buscaría...

-¿Y por qué no lo has intentado tú?

-Me da terror que me digan que no está viva. Akagi me lo dijo, pero no le creo. No tengo el coraje para saber por mí mismo si realmente falleció.

Shinji bajó un poco la mirada y Toji miró a Hikari. Sólo con la mirada se dijeron lo que debían.

-Dijiste... Dijiste que el lunes termina tu prohibición, ¿no?

-Sí.

-¿Tienes algún plan?

-Creo que renunciaré al trabajo esta semana y me iré a Irlanda. Vendré al menos una vez al mes, ahora que ustedes están aquí... Beberemos algo, no lo sé.

-¿Qué Irlanda?

-La República. Además, me gusta el frío. Me sentiré cómodo allí. Llevo mucho tiempo intentando comprar, y logré encontrar un terreno apartado de la ciudad.

Condenados a la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora