Ajusticiamiento

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Martes

Núcleo de la Unidad 01

Misato se recuperó sobresaltada, sus ojos se abrieron repentinamente cuando sintió un viento cálido y suave que le llevó el olor del océano. Jadeando por la sorpresa, se sentó y miró a su alrededor, solo para que sus ojos se salieran cuando se encontró tumbada en la playa. El océano estaba a su derecha, pequeñas mareas lamían cerca de donde estaba sentada, y un bosque de cerezos a su izquierda. Los árboles estaban en plena floración, sus flores flotaban lentamente por el área, llenando su nariz con un aroma fresco y limpio. El cielo de arriba era como un perfecto día de verano, con solo unas pocas nubes blancas hinchadas que salpican el mar de azul sobre ella.

¿Qué...? Misato comenzó con incredulidad, atormentada por la confusión mientras se ponía de pie lentamente y examinaba cuidadosamente sus alrededores. Su confusión sólo aumentó cuando sucedió algo extraño en el cielo. De la nada, apareció una nube oscura y turbulenta que crepitaba con un rayo. Por unos segundos, Misato miró fijamente la nube, que parecía una rasgadura en el hermoso cielo azul. Entonces, tan repentinamente como había aparecido, la nube se desvaneció, dejando solo un cielo de verano normal.

"¿Qué demonios...?" Misato lo intentó de nuevo, solo para encontrarse completamente perdida para explicar lo que estaba sucediendo. "¡¿Dónde estoy?!"

Misato frunció el ceño intensamente y consideró la situación. Lo último que recordaba era estar en el Entry Plug de la Unidad 01 después de que su amiga la fuera a dejar allí. Y ahora estaba en un lugar que nunca había visto en toda su vida, y...

"Entonces... ¡espera un minuto!" Misato se quedó boquiabierta cuando algo más la golpeó; ella no tenía dolor. Mirando su cuerpo, revisó ligeramente su sexo y cara, para encontrarse con que no tenía marcas de la experiencia traumática que acababa de vivir. No sintió nada de la debilidad causada por la penetración forzada o por los múltiples golpes que la noquearon en poco tiempo. No había rastro alguno en su humanidad que indicara que acababa de ser violada.

Más confundida que nunca, Misato se clavó las uñas en la cabeza, como si estuviera tratando de forzar a su cerebro a producir algún tipo de respuesta mágica para explicar lo que estaba sucediendo, pero recordó por qué la llevaron allí en primer lugar: querían que Yui supiese de esto, que ella sea el respaldo en caso de que Shinji no le crea a ella misma o al resto de la gente en NERV que había sido violada, que lo seguía amando al punto de querer casarse con él, por lo tanto había alguien allí con quién debía encontrarse.

Una mujer de cabello castaño que aparentemente es similar a Rei en sus facciones pero que expresaba las emociones de su muchacho, se le acercó corriendo mientras lloraba, queriendo llegar lo antes posible a aquella mujer que ahora tenía una cicatriz emocional abierta del mismo tamaño que lo era la muerte de su padre, y que no sabía por qué Shinji no estaba con Toji.

Misato colapsó en sus rodillas antes de que Yui llegara, y esta atinó solamente a arrodillarse junto a la peli morada para acunarla de la mejor manera que podía. La científica prefirió no hablar del infarto sufrido por su hijo, ya que no valía la pena en ese momento, y tampoco quiso hablar porque nada de lo que ella pudiera decir iba a valer la pena, porque todo lo iba a olvidar apenas recuperara la conciencia. Lo único que definió era cómo iba a manejar ella esta situación, considerando que su objetivo final era la Instrumentalización y que el cómo se dieron las cosas podrían estropear su propio escenario final.

**

Pasaron varias horas donde Yui sólo la apoyó contra su pecho, ante la falta de mejores ideas, y ella sabía que a pesar de no haber una actividad ruidosa fuera del Eva, podía detectar a alguien que estaba fuera del núcleo esperando por la Mayor, que por lo menos estuviera bien físicamente para que la experiencia posterior a esto no fuese tanto más terrible, así que decidió mandarla de vuelta. No servía de nada que lo hiciera en diez minutos o 30 días, porque ella ya había hecho lo que podría hacer por Misato.

Condenados a la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora