ZALE

XIV

—Lo lamento…lamento no haber estado ahí…

—Debemos capturar a esos malditos que le hicieron esto.

—Los destrozare con mis propias manos.

Me encontraba sumergida en una total oscuridad, en paz, pero poco a poco mi conciencia vuelve a escuchar las voces de…

¿Angelo y Tadeo?

Quise moverme, decir algo, pero comencé a sentir un terrible dolor en todo mi cuerpo, ¡Joder! ¡Es espantoso!

Me moví tratando de hallar comodidad, podía sentir el olor a medicina, y también…podía sentir unas manos cálidas tomando las mías.

Fui abriendo los ojos poco a poco, me molestaba la luz, pero trataba de acostumbrarme.

Joder ¿Estoy en un hospital?

—¡A-Alexis! —Pude sentir unas manos tocando mi rostro.

Fui abriendo poco a poco mis ojos, al hacerlo, pude admirar a los gemelos; los cuales se notaban muy preocupados y felices de verme despertar.

Ah, ya recordé la vieja maldita.

Quise hablar, pero mi garganta estaba seca, le señalé a Tadeo el vaso con agua que había en una mesita a mi lado, él la toma y me ayuda a tomar, con mucho cuidado.

Oh joder, me hacía mucha falta.

—G-gracias —Pronuncio vagamente, como si hubiera dejado de hablar hace mucho tiempo.

—¿Cómo te sientes? —Pregunta Tadeo mientras acaricia mi cabello.

Sonreí al verlos tan preocupados, se veían tiernos.

—Bien, aunque me duele todo —Hago una pausa— ¿Casi muero?

—Oh, créeme que si hubieras muerto en estos momentos este maldito pueblo hubiera desaparecido —Escupe Angelo las palabras con odio, y lo comprendía.

—Vamos Angelo cálmate, al menos Alexis ya está recuperándose, solo debemos concentrarnos en encontrar al responsable —Tadeo regaña amablemente a su hermano, debíamos ser sutiles ¿Qué tal si alguien entra y lo escucha decir eso?

Sería muy sospechoso.

Angelo no dice nada, solo aparta la mirada mientras sujetaba firmemente mi mano.

Debe de haberla pasado muy mal, pobre…después lo recompensare.

—Dime pequeña —Me fijo en Tadeo— ¿Sabes quién te hizo esto? Las personas del pueblo tienen versiones muy distintas.

—Fue una señora, de unos cincuenta y tantos, iba con un grupo de personas igual de dementes a ella —Admito con algo de detalles, Tadeo asiente.

—¿Qué fue lo que sucedió?

Me concentro un momento, realmente fue aterrador ¡Pude haber muerto!

—Ella quería información sobre los asesinatos ya que era la hija del capitán de policía, pero al ver que no tenía lo que quería se molestó mucho y…Disparo.

Tadeo asiente, se notaba muy molesto.

—¿La señora escapo? —Pregunto.

—¡Si! Eso es lo que más me enfurece, ya se porque las personas enloquecen ¡La policía no sirve de nada! —Exclama Angelo.

Iba a decir algo, pero la puerta se abre, de inmediato los gemelos apartan sus manos de mí.

Era papá, el cual frunció el ceño al ver a los gemelos.