VI

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Angelo.

Han pasado dos días desde el accidente de Alexis, estaba con ella en la habitación del hospital, pero...aun no despierta.

El impacto fue tan grave que le produjo coma, no sabemos cuánto tiempo estará así...sin despertar.

Tome su pequeña mano, su cara parecía la de un ángel tomando una siesta, estaba en total tranquilidad.

¿Estará soñando?

Deseo que despierte en este mismo instante, no puedo soportar estar sin ella, además de que Aurelio no puede estar sin su madre, no para de preguntarme por ella.

Joder...Estamos averiguando que rayos sucedió, y tenemos una idea.

Alexis había llegado con otra chica, la reconocí al instante, era Jaime, su mejor amiga.

Deben haber tenido una discusión y todo termino mal.

De todas formas, Tadeo se está encargando de eso.

Pero nada de eso recuperara a Alexis, la quiero devuelta ahora.

Maldita sea...estoy fallando en mi deber de protegerla, no puedo dejar que se me escape así de las manos.

Acaricie su fría mano, podía ver que tenía algunos rasguños en sus brazos.

Esa perra debió ser un problema.

Tranquila, te protegeré, nada malo te pasara de ahora en adelante.

No lo permitiré.

(...)

Alexis.

Podía sentir como recobraba el conocimiento.

El dolor en mi cuerpo era enorme, gemí al sentir como cada parte de mi cuerpo estaba destrozado.

Poco a poco recordé todo lo que había pasado... ¿Cuánto tiempo llevo aquí? El olor a medicina era agobiante.

Pude sentir una mano sobre mi cabeza, acariciando tiernamente mi cabello.

—¿Alexis? ¿Cariño?

Reconocí esa voz al instante, era Angelo.

Abrí mis ojos poco a poco, sentía como si hubiera dormido un mes.

Mire los ojos preocupado de Angelo, estaba feliz de verme despertar.

Él me toma delicadamente por la cara, y me otorga varios besos, distribuyéndolos por todo mi rostro.

No pude evitar sonreír, a pesar de que me lastimaba, lo disfrutaba.

—¿C-cuanto tiempo...llevo aquí? —Pregunto y pude sentir mi boca muy seca.

Agh, detestaba esa sensación.

—Llevas dormida cinco días, ya me estaba angustiando —Expresa libremente— Llamare a la enfermera para que te revise.

Asentí y vi como salía de la habitación, joder...todo me duele.

Solo espero que Jaime este muerta, esa maldita...me lastimo mucho.

¿Cinco días? Joder, es mucho incluso para mí, no quiero ni imaginar cómo estará Aurelio.

Pobre mi niño, necesitaba a su mamá.

Fui un poco tonta, me confíe mucho, no creí que esa estúpida llegara a tanto.

Pero desgraciadamente me equivoque, debo ser más precavida, no solo peligra mi vida, sino la vida de mi hijo podría ser arruinada si muero a tan temprana edad.

Además de que...los gemelos no lo soportarían.

Pobre Angelo se veía muy preocupado.

Si esa perra sobrevive debo encargarme, nadie me deja en estas condiciones y vive para contarlo.

(...)

Estaba lista para abandonar el hospital, me costaba un poco caminar, pero por suerte tenía dos grandes esposos que me ayudan.

El impacto contra el agua por poco y me mata, caer de tal altura hacia el agua es como caer en concreto.

Por suerte no me rompí nada, tengo huesos de acero, pero...joder, todo me duele.

Quise acabar de una vez con Jaime, pero para mí desgracia se recuperó rápido y se fue apenas pudo.

Pero juro que la encontrare y la acabare con mis propias manos.

Esto no quedara así.

Caminaba con la ayuda de Tadeo, mientras Angelo me ayudaba llevando mis cosas.

Salimos del hospital, tuve que bajar las escaleras con mucho cuidado, al llegar por fin a la calle me detuve ya que pude ver a... ¿Mis padres?

Fruncí el ceño, mamá se veía algo triste, muy diferente a papá, se notaba triunfante.

¿Qué carajos?

Nos acercamos a ellos no porque quisiéramos, nuestro auto estaba justo detrás del auto de mis padres.

Agh, no tengo mucha tolerancia ahora, deseo poder salir de aquí y poder planear el homicidio de Jaime.

—Vaya, vaya ¡Mi hija recibe finalmente un poco de su merecido por todo lo que ha hecho! —Habla papá en voz alta, definitivamente esta alegre.

Era la primera vez en años que lo veía sonreír, pero solo lo hace porque ve mi sufrimiento.

No pude evitar demostrar mi enojo y descontento.

—¿Feliz porque tú hija sufre? ¿Y yo soy el monstruo? Perdiste tu poca humanidad —Dije sin muchas ganas de conversar.

Mamá me miraba fijamente, pensé que diría algo sarcástico, pero...conocía esa mirada, era la de una madre preocupada.

—¿E-estuviste muy grave? —Pregunta mi mamá para mi sorpresa, creo que temía por lo que pudiera decir mi padre.

—Para mi gran suerte, pude sobrevivir —Dije dándole mi mejor sonrisa, ella suspira aliviada.

—¿Y estos dos grandotes quiénes son? Reconozco a uno... ¿Eras Tom? —Dice papá mirando a Tadeo de arriba hacia abajo— Pero, veo doble.

Los tres no pudimos evitar reírnos, era algo de lo que todavía no se habían enterado, mis padres no saben que estoy casada con dos hombres, y, además, que estuve mintiéndoles todo el tiempo.

—Somos Tadeo y Angelo Germanotta —Habla Tadeo, mi padre palidece al escuchar el apellido— Somos los esposos de su hija señor, tal vez no sea el momento, pero...nos desagrada mucho ver como el sufrimiento de nuestra amada le otorga felicidad.

—No estoy de humor, y cuando no estoy de humor no puedo ser tan amable como me gustaría —Agrega Angelo.

Papá tartamudea sin poder creerlo, mamá estaba sorprendida, pero no tanto como papá.

—¿T-te casaste con d-dos hombres? —Tartamudea mamá sorprendida, yo asentí, orgullosa.

—Vámonos.

Papá toma a mamá y en un dos por tres ya se habían ido en su auto.

—Puedo ver...la razón del porque ocultaban su apellido —Dije cuando habían desaparecido de mi vista.

Angelo ríe.

—Eso es gracias a nuestro padre, él también había organizado un grupo como Ambrosia a nuestra edad y...se volvió famoso gracias a ello.

Me sorprendí ante sus palabras, no sabía eso.

Entonces... ¿Los gemelos siguieron con la "tradición"?

¿Y quieren que Aurelio la continúe?

De ninguna manera.

¿Michael habrá tenido el mismo desenlace que tuvo Ambrosia?

¿Habrá conocido a Gertrud en el grupo? ¿Y se enamoraron, casaron, repitiendo nuestra historia?

Rayos, esta familia oculta muchos secretos.

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