II

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Estaba terminando mi maquillaje, debía verme espectacular para el viaje que haríamos.

Han pasado cuatro años desde que los tres escapamos de Estados Unidos, los gemelos tenían familia y negocios en Canadá, así que optamos en fugarnos hacia acá.

Y ya se imaginarán a que negocios me refiero.

Pero, ya llevamos mucho tiempo aquí y nos aburrimos ante tanta tranquilidad, afortunadamente un familiar de los gemelos ingreso a un puesto muy alto en el gobierno.

Y gracias a eso, podemos regresar tranquilamente a Estados Unidos, sin miedo a que nos arresten porque él elimino nuestros expedientes, además de que nuestros crímenes fueron perdonados.

Regresaremos a ese maldito pueblo a terminar lo que empezamos, será nuestro y no solo ese, seremos dueños de muchos más.

Honestamente estoy nerviosa en regresar ¿Cómo estarán mamá y papá?

Además de Calvin...Jaime...Alan...todos ellos.

Aun que me hayan tratado horrible, volveré para cumplir mi promesa, verán que fui creada solo para el éxito.

¡Además de que podrán conocer a mi hijo!

Aurelio podrá conocer donde se crio su madre.

—¡Mami!

Hablando del rey de roma.

Gire para ver que quería mi bebe, se veía lindo con su pequeño trajecito.

—¿Qué sucede cariño?

—¿Crees que debamos llevarle esto a mis abuelitos?

Aurelio me muestra su casita de plastilina, la cual hicimos hace unos meses, sonreí al ver tanta ternura.

—Claro cariño, sé que les encantara —Me inclino para cargarlo en mis brazos— pero estarán más  felices con tu presencia.

Las mejillas de Aurelio se tornan de un lindo tono rosa.

—¿Tú crees mami?

Asentí y el ríe feliz de poder finalmente conocer a sus abuelos.

Espero y no se pasen de listos o se comporten groseros, eso dañaría a mi bebe.

Y no voy a permitir que nada ni nadie perturben a mi bebe, él será bueno y puro de corazón.

No tomara nuestros mismos caminos, tendrá una vida normal le guste a quien le guste.

—¿Ya estas lista preciosa? —Tadeo interrumpe mis pensamientos.

—Oh ¡Me falta el maquillaje!

—Bien, apresúrate, te esperamos en el auto.

Asentí.

Estupendo, ya es hora Alexis.

Regresaras a tu pueblo.

(...)

Duramos aproximadamente una hora en llegar, teníamos nuestro propio jet privado, en el cual no tardamos mucho.

Mientras los chicos y su personal sacaban las maletas y organizaban la casa, decidí dar un paseo por Zale antes de ir y darle la sorpresa a papá.

Los chicos me advirtieron que tuviera cuidado.

Pero claramente estoy preparada.

Caminaba en las pequeñas calles de Zale, eran aproximadamente las cuatro de la tarde.

No había cambiado mucho, solo habían hecho unos pequeños arreglos, pero nada más.

—¡Mira mamá una mariposa! —Dice Aurelio señalando una pequeña mariposa blanca volando

ZALE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora