XV

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+18‼️

Me hallaba en la propiedad de los Germanotta, honestamente era muy fácil ingresar y no sabía si eso era bueno o malo.

Me escabullí intentando poder llegar a la habitación de los gemelos sin problemas, estaba nerviosa, no quería ser atrapada y quedar en ridículo.

Llegue a una pared, y para mi suerte había una manera de subir a la habitación de los gemelos.

Estaba a punto de subir, pero unas voces me llaman la atención.

—Debemos hablar con los chicos, la situación se está saliendo de control, no quiero que los arresten por seguir mis pasos —Reconocía esa voz, era el padre de los gemelos.

Había una gran ventana a mi lado, no podía ver el interior ya que estaba cubierta con cortinas.

Me detuve a escuchar, ¿A qué se refería?

—Lo se cariño, debemos darles ideas y estrategias para que salgan impunes de todo esto —Habla una voz femenina, supongo que será su madre.

Espera espera ¡¿A-acaso ellos están enterados de todo lo que hacen sus hijos?!

Esta familia esta demente ¿Cómo pueden permitir algo así? ¡Y están dispuestas a ayudar!

—Pero…ellos no lo quieren admitir, pero la muchacha que vino la otra vez los está confundiendo.

Tape mi boca para evitar hacer algún ruido, estaba sorprendida.

—¿Crees que ella los está entorpeciendo? Me extrañaría mucho de ellos, nunca involucran los sentimientos con el trabajo.

—No quiero pensar que ella sea un problema, no quiero quitarles algo que aprecian, me odiarían.

Oh joder ¿Están pensando en la opción de matarme?

Eso…me aterra.

Debo demostrarles que no soy una tonta, les ayudare, ya lo verán.

Ignoré toda esta situación y me dispuse a subir a la habitación.

Escale y en unos minutos me estire para entrar en el balcón.

Finalmente, entre, y me arroje al suelo, estaba muy agotada, nunca pensé que fuera tan difícil escalar.

¡La pared era muy grande!

Casi de inmediato vi a los chicos asomarse para ver que rayos estaba pasando.

Estaba boca arriba muriéndome, pero aun así sonreí y les saludé con la mano.

—¿A-Alexis? ¿Qué haces aquí? —Pregunta Angelo sorprendido, pero ambos me ayudan a levantarme.

—V-vine porque…no tengo a donde ir —Admito mientras sacudo mi vestido y arreglo un poco mi cabello.

—¿Escalaste la pared? —Cuestiona Tadeo algo sorprendido de mis acciones.

—No tuve más opciones, ya era tarde como para tocar el timbre —Hago una pausa— ¿Interrumpo algo? Porque si quieren puedo irme.

—¡Para nada! Nos alegra que estés aquí —Dice Tadeo revolviendo mi cabello con su mano.

Sonreí al ver que estaban de buen humor, a pesar de que son unos dementes, me traen paz, más que mi familia.

Los chicos me dejan entrar y pude ver de nuevo la habitación, la otra vez no la pude apreciar mejor, pero ahora son otras circunstancias.

Era bonita, algo oscura, pero le daba un mejor toque, para ser habitación de hombres estaba muy ordenada.

—¿Tus padres saben que estas aquí? —Pregunta Angelo sentándose en el borde de la cama.

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