Capítulo 19

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Capítulo 19 - Un tobillo duele menos que un corazón casi roto

Me despierto de golpe, recordando las últimas partes de mi sueño, pero el deseo de dormir cinco minutos más no es discutible. Tomó el celular y contesto rápidamente a los mensajes, si no antes conectar mi celular a la bocina y poner música. Me tomó una ducha rápida, al notar que tengo 15 minutos para llegar a mi primera clase.

Me alisto rápidamente con el uniforme, siento el pelo mojado pegado a la blusa del uniforme y el clima de otoño por las mañanas no hace alguna mejora, ya que provoca que me de frío todo el trayecto del departamento a mis clases.

Al entrar a la clase divisó a Jaxon sentado jugando con su pluma, se veía entretenido que ni siquiera quiero molestarlo. Al sentarme, él levanta la mirada y automáticamente sonríe, haciendo que me contagie su sonrisa. Me acercó a Jaxon y lo trato de despeinar, pero él me esquiva, pero lo vuelvo a intentar y mi intento es nulo.

— Buenos días Scott — dice burlescamente Jaxon, aún con una sonrisa en su rostro.

— Buenos días Jaxini — él odia que le diga así, pero sabe que siempre cambio de apodo.

— Mejor busca otro apodo — dice aventándome una pelota de papel mal hecha.

— Tal vez, pero sabes que odio que me llames por mi apellido

Le digo sacándole la lengua y solo él voltea los ojos. Conectamos nuestras miradas y como le brillan los ojos, solo por el afán de estarme fastidiando.

— Lo sé, pero me gusta molestarte.

— ¿Por qué? — le pregunto, el ruido del salón iba bajando por un momento, haciendo incomodo el silencio.

— Por que frunces la nariz y hacen que tus mejillas se vean tiernas. — responde Jaxon a murmuras, aunque ya empezó de nuevo el ruido del salón, haciendo un poco más cómodo de hablar.

— Por tiernas te refieres a que me vas a pellizcar las mejillas.

Le rectifico, ya que desde que lo conozco hace eso. Al inicio me molestaba Jaxon por sentirse que sabía todo, pero luego lo empecé a conocer y me sentía cómoda con él, sentía que no me juzgaba y podía hablar de todo con él sin tener temor a estar mal.

— No sé si es una pregunta o afirmación, pero confirmo, aun así.

Dice Jaxon, tocándome la nariz con su índice frío, me trato de apartar, pero terminamos riéndonos.

— Es más, una afirmación, conociendo como eres.

— Interesante. — suelta de la nada, sacando los libros que utilizaremos en la clase.

El ruido del salón volvió a bajar, haciendo que el pandemonio que estábamos hace rato sea ahora un lugar de estudiar. El profesor de literatura entró, haciendo que todos nos sentemos correctamente y saquemos nuestros libros.

La última vez que alguien se le olvidó traer alguien su libro, el profesor nos hizo hacer un resumen de tres páginas sobre la empatía y responsabilidad.

— Scott, Haynes, los metí a un concurso de escritura.

Dice el profesor, haciendo que todos volteen hacia nosotros, causando algunos murmullos. No es novedad escuchar que nosotros somos los favoritos del profesor.

— Pero no me gusta escribir — inquiere Jaxon, lo cual el profesor se sorprende.

— Pero son los mejores de la clase, así que está en ustedes. — hace una pausa, haciendo que toda la atención este en Jaxon — Además con ello pueden exentar el mes.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora