Capítulo 28

197 14 3
                                    

Capítulo 28. No te vayas a morder la lengua. 


— Hey, Madds — grita una voz detrás de mí, quiero voltear para ver quien es, pero sigo caminando — espérame, no camines tan rápido.

Me detengo para ver de quien proviene la voz.

Sabrina viene hacía mí casi trotando, al verla de reojo puedo ver que ya tiene la raíz de su cabello oscuro. Estoy tentada de decirle rubia falsa, pero me mantendré por la paz un momento.

— Perdón, no sabía que me estabas hablando.

— Sí, es que te quería invitar a mi casa como los viejos tiempos — suelta Sabrina, esbozando una de sus mayores falsas sonrisas — es mañana en la tarde, todos irán.

— ¿Quiénes son todos? — le pregunto confundida a Sabrina, ya que casi ya dejó de existir el grupo.

— O sea, sería, tú, Allie, Aaron, Jaxon y Camila. — responde Sabrina con un tono fastidiado mientras que rueda los ojos.

— ¿Quién es Camila?

— Es una amiga que hicimos Allie y yo en clase de arte. Probablemente la hayas visto en alguna de tus clases, es súper buena persona, tiene corazón de pollo como tú.

Sabrina se desincorporó a la fila, al escuchar la notificación de su celular. Probablemente el grupo la debe estar buscando. A esta altura de la situación, debo ser neutral y no verme como la villana de la historia.

— Yo te aviso si iré. — le digo esbozando una de mis falsas sonrisas.

— Espero tú mensaje Madds, no olvides que siempre fuiste parte del grupo y se te extraña. No es lo mismo estar hablando de un tema y saques de la nada un dato curioso o raro.

Agrega Sabrina sin verme al rostro, tan solo se da la media vuelta y se va. Desconcertada por lo que acaba de ocurrir, hace que mi estomago ruja con más fuerza, señal que no solo tengo hambre, me siento ansiosa y que le robaré la mitad de la comida de Jaxon.

La fila avanza cada vez para entrar a la cafetería, ahora recuerdo porque siempre me desvió a la biblioteca. Debería agradecer más a Jaxon por traerme comida siempre a la biblioteca. Por fin cuando agarro mi comida, veo un Jaxon sentado con Aaron, ambos estaban riéndose de algo que probablemente no quiero saber.

Al visualizarlos en la mesa del medio, veo un Jaxon, tranquilo de la vida, pero con ojeras color moradas, pareciera que no ha dormido dos días o que alguien lo golpeó.

Para mi tranquilidad mental, pensaré que fue porque se habrá desvelado porque está comenzando su nuevo proyecto. Mientras que Aaron, al notar mi presencia, su semblante de alegre, cambio a uno más serio, donde se podría apreciar su mandíbula más marcada.

Al parecer todos han bajado de peso, excepto yo.

— ¿Vas a ir a la fiesta de Sabrina? — pregunta Jaxon mientras que le embarra kétchup en la cara de Aaron, haciendo que haga un gesto de asco. Pongo mi bandeja en la mesa, sacando las papas fritas, dos hot dogs y un refresco.

Me encantaría decir un refresco de dieta, pero si voy a pecar, que sea a enteras y no medias.

— No creo que vaya, estaré ocupada ese día. — contesto lo más rápido posible para darle un mordisco al hot dog que tengo enfrente mío. Saboreo el sabor de la kétchup con la sal, que me arrepiento de no a ver comprado un tercer hot dog.

— ¿Y tu Aaron, irás a lo de Sabrina? — interroga ahora con malicia Jaxon a Aaron, porque sabe que él no dirá que no.

— Sí, ¿por qué no? — responde Aaron agarrando una de mis papitas metiéndose en la boca, con orgullo o soberbia.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora