Capítulo 36 – Una sudadera, un hola y un poema en proceso.
Odia ir de nuevo a literatura, cuando ya sufrí por una hora entera. Irónicamente amo leer, me la paso leyendo y fantaseando escenas de libros que jamás me van a ocurrir, pero cuando me obligan a leer, me manda directo a bloqueo lector.
Odio los clichés, tan predecibles, tan insufribles, donde me llenan de expectativas y fantasías que jamás diré que tengo, porque son tan clichés. Aunque, leer clichés me quita el bloqueo lector, aparte que mi vida es un cliché en ciertos aspectos.
Padres divorciados, hija única que jamás llena las expectativas de sus padres, un triangulo amoroso y un mejor amigo que todos confunden que andan, pero en realidad no.
La gente no sabe que tanto daño hace cuando preguntan, ¿ya andan? O el famoso, ¿te gusta esa persona?, ¿verdad?
Abro la puerta pesada del edificio de artes, para ir con el profesor de literatura, los pasillos están vacíos. Siento ansiedad el simple saber que cuando toque la puerta de la clase, todos van a observarme.
Al estar parada en la puerta de la clase literatura veo por la ventana y toco la puerta, el profesor me hace una seña para que entre.
Camino con nervios, siento las manos sudadas de los nervios y más porque siento una mirada en mi nuca. La clase es sumamente escandalosa, creo que el primer periodo es el más tranquilo de todos.
Al llegar al escritorio del profesor, me pongo a lado suyo donde hay un pequeño banco, me siento como Mike Wasauski en Monster Inc, pero luego me hago consiente que no estoy en mi periodo.
El profesor saca la hoja donde escribí el poema, y veo que en algunas estrofas tiene subrayado con tinta roja. Definitivamente tendré que volver a re-escribirlo y luego modificarlo.
Bueno, no significa perfecto o único, solo algo plano.
— Su poema es bueno, usa unas metáforas diferentes a lo usual, pero necesito más sentimientos en el poema.
Menciona mostrándome en que estrofas debería cambiar. Aún siento una mirada en mí, pero la trato de ignorar, hasta que el profesor desliza las gafas por el puente de su nariz.
— No sé si pueda ponerle más sentimientos al poema. — confieso, aunque lo hice en 5 minutos, aún así no sé como plasmar lo que siento sin ser demasiado cursi. — Pero trataré de re escribirlo y a la salida vengo para ver si se necesita otra modificación
Agarro el poema y veo las correcciones, demasiadas líneas, círculos y al parecer comas que me faltaron poner. Alzo la mirada y veo a Sabrina hablando atentamente con Allie, ambas estaban eclipsadas en su tema de conversación, lamentablemente había demasiado ruido que no podía escuchar de que estarán hablando.
— Me parece una estupenda idea y ya mañana podemos pulir el poema. — comentó el profesor, me sacó de mis pensamientos. Apenas pude asentir, cuando me preguntó — ¿No quiere recitarlo enfrente de la clase?
Sentí que mi corazón paro por un minuto, el ruido ya no era tan molesto para mí.
— No, dado caso mañana lo hago — le respondo rápidamente para que no vaya a replicar que lo haga.
— Estaría perfecto — dice buscando algo en una de sus gavetas del escritorio, vuelvo a ver a la clase y por fin Allie y Sabrina me saludan. — Deje le hago un recado para que esté justificada por la llegada tarde a su clase.
— Gracias
En lo que el profesor está escribiendo el justificante, saludo a Allie junto con Sabrina, ambas se ven sonrientes y por alguna razón les acentúa el rubio que se pusieron, ya no es el típico rubio casi blanco, si no el rubio casi naranja.
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Siempre fuiste tú
RomantizmMaddison y Hunter no entienden por qué se siente tan familiar estar juntos como si se hayan conocido de toda la vida. Ambos durante esta vida, aprenderán que son un espejo, que lo que odian de la otra persona, es lo que reprimen y odian de sí mismos...