Capítulo 42

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Capítulo 42: La señal ignorada y batalla final de miradas.

Me despierto por el ruido de la alarma, el dolor de cuello es insoportable por quedarme dormida de nuevo en el escritorio. La baba reseca en mis mejillas y una parte en mis notas, hace que la mañana sea más pesada de lo usualmente es.

Prendo la ducha rápidamente, no dejo que el agua caliente caiga, simplemente me meto a la ducha con el agua helada. Al sentir el primer tacto del agua helada sobre mí, doy un pequeño brinco, pero me despierta, no tarda en salir el agua caliente, pero nunca la suerte está de mi lado, así que el aire acondicionado se aprende y me hace sentir frio. Termino rápido de bañarme, al salir de la bañera me doy cuenta de un pequeño problema. No me traje la toalla y el aire está prendido.

Mierda

Mierda

Mierda

No hay problema, salgo de la regadera rápido, mojando el piso con las gotas de agua de mi pelo escurriendo. El gato se acerca y me empieza a lamber, siento su lengua rasposa en mi piel, trato de mover el gato gentilmente, pero solo hace que me resbale con el charco de agua que dejé. Ahora si el gato huye de mí, trato de respirar profundamente, pero esté día cada momento es más caótico. Me levantó del piso y me cambio para irme rápido a clase.

Jaxx para Madison:

¿Dónde estás fresita?

Madds:

Me levanté tarde, así que apenas voy por el parque

Jaxx para Madison:

Tengo dos noticias para ti y una no es tan buena.

Pero, ¿ahora que te paso?

Madison para Jaxx:

Todo me pasa, me caí y me dormí en el escritorio

Jaxx para Madds:

Corre porque tienes 5 minutos para que el profesor de literatura, no nos mate con un discurso de puntualidad.

Odio correr y menos sin música, empiezo a trotar por la entrada de la preparatoria y llego al edificio de literatura. Veo a Hunter a lo lejos y lo saludo, pero él no me nota. Escucha una risa y me volteo, veo a Jaxon mordiéndose el labio para contenerse la carcajada.

Maldito Jaxon

— Acabas de perder tu dignidad en 5 segundos. — me dice entre risas.

— Tu no vistes eso — le respondo volteándole los ojos, aun sigo observando Hunter, con las mangas remangadas de su suéter, el cual lo hacer ver más maduro.

— Si lo vi y te voy a molestar todo el día con eso, — hace una pausa, no me pregunta quien es, lo cual me extraña— o tal vez hasta que se me olvide.

— Pero si a ti nunca se te olvida nada, — le espeto desviando la mirada de Hunter, quien está hablando con un amigo suyo — siento que te acuerdas de la primera vez que me caí.

— Sí, también me acuerdo cuando te torciste el tobillo y Aaron te tuvo que semi cargarte.

Recuerdos que no quería recordar, todos pensaban ese día que ya andábamos. Los profesores nos veían juntos y decían que si por fin nos habíamos confesado que sentíamos algo, lo cual negamos.

¿Por qué negamos lo que sentimos?

¿Por qué tenemos miedo a ser rechazados?

A veces es mejor que te rechacen y ser consciente que esa persona no le gustas, que seguir creando mariposas que se ahogaran con ansiedad.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora