En un principio no quieres admitirlo, te niegas a hacerlo, hiciste algo estúpido y ahora, no sabes exactamente que está sucediendo, pero lo que si sabes es que estas pagando el precio de tu idiotez.
Podrías quejarte o negarte, sí, eso seguro que lo podrías hacer, pero no estas lo suficientemente lucido para hacerlo, la cabeza te da vueltas y aquella boca húmeda que succiona tu miembro con fuerza no ayuda mucho, por no decir nada.
Horas atrás.
Estas sentado en tu oficina, esta vez en uno de tus comedores revisando las cuentas cuando tu amigo entra, arrastrando una de las sillas que estaba al lado de la puerta, colocándola enfrente de tu escritorio y se sienta.
- ¿Qué quieres Bert? – le preguntas, dejando tus lentes de leer sobre la mesa y mirándolo.
- Tenés sexo con Frank, por eso te negabas a llevarlo los sábados – afirma, mirándote con una sonrisa de lado.
- No – es tu respuesta, apoyando tu espalda en la silla - ¿Algo más? –preguntas.
- ¿Enserio Gerard? ¿Nunca lo tocaste? – te pregunto, sin borrar aquella sonrisa estúpida de su rostro, por lo que giraste tus ojos con fastidio, agarrado un cigarrillo de tu atado y prendiéndolo, inhalando y exhalando aquel humo.
- Si, enserio – respondes mirando para otro lado, aburrido.
- ¿Por qué él no quieres o por que vos no queres? – insiste, y te está cansando, y él se da cuenta cuando lo miras con frialdad – bueno, está bien, no me mires así, es solo curiosidad... - te dice, un poco intimidado por la forma en que lo miras.
- Bert, no voy a tener sexo con ese mocoso, uno, porque es menor de edad por si no te diste cuenta, y dos, porque lo junte de la calle y anda a saber que mierda puede tener encima.
- ¿Pero no porque no quieras? – Te pregunta, sonriendo de lado, y optas por ignorarlo - ¿Por qué lo juntaste de la calle Gerard? Porque tanto vos como yo sabemos que no lo hiciste por buen samaritano, ni nada por el estilo...
- Lo junte de la calle porque estaba aburrido, no pensé que se iba a quedar cuando le di esas absurdas condiciones – le respondiste, estabas cansado y ni siquiera estabas con ganas de discutir por algo tan poco importante.
- Pero... - se quedó en silencio, por lo que lo miraste, levantando un poco tu mentón para que siguiera - ¿No te da curiosidad saber de él? ¿De dónde viene? ¿Qué hace acá? ¿Su edad? ¿Si su familia lo busca?
- No – le respondiste de manera fría, tomando tus anteojos y volviéndotelos a poner.
*
Entraste a tu departamento y te quedaste mirando a tu mascota, quien se encontraba sentado en el suelo, mirando desde la puerta de vidrio que daba al balcón el cielo.
Te quitaste el saco y lo dejaste sobre el sillón. Aun no podías dejar de pensar en lo que Bert te había preguntado, por más que hayas disimulado el interés. ¿Qué si vos te lo preguntabas? Si, desde aquel día que Bert fue a tu casa y Frank acepto ir los sábados que tenías algo de curiosidad.
- Frank – le llamaste y él menor giro su rostro, mirándote - ¿De verdad tu nombre es Frank? – le preguntaste.
- Si – te respondió, confundido
- ¿Quién es tu padre?
- No lo sé.
- ¿Tu madre?
- Mi madre... - susurro, quedando en silencio por unos segundos – no lo sé.
- ¿Tenés hermanos?
- Que yo sepa no
ESTÁS LEYENDO
Ni Orgullo, Ni Derecho - Frerard
FanfictionMichael, el hermano menor de Gerard lo convence de que debe conseguirse una mascota. Una noche va caminando por la calle, y recoge a un chico. muchos años menor y como condicion de que le permitiera quedarse, él debe actuar como si fuera eso, una ma...