Los dos primeros días eran bastantes divertidos.
Frank, tu perro, era obediente.
No hablaba, siempre estaba recostado contra una esquina, la esquina que vos le habías marcado, remarcado y resaltado que era su lugar, su habitación, y de la cual no se podía mover a menos que tuviera que ir al baño, y si eso llegaba a pasar, te tenía que pedir permiso, sumándole al hecho de que no te pedía comida, no te pedía nada.
Siempre estaba sentado y esperaba hasta que lo llamaras, lo alimentaras, y cuando eso sucedía gateaba como si fuera un perro, y te quedaba mirando con una pequeña sonrisa en los labios.
Tenías que comprarle ropa, ya que lo único que siempre llevaba puestos eran los pantalones rotos con los que lo había encontrado, pero tampoco es que tuviera ganas de hacerlo y viera la necesidad.
Ni que fueras a sacarlo a pesar.
*
No tienes una mala vida, en realidad, tienes una muy buena.
Pero que sea buena, no quiere decir que sea fácil, o lo haya sido.
Tu familia no sabe a lo que te dedicas, en realidad, ni siquiera tienes contacto con ellos, solo con tu hermano menor, quien cree que solo eres dueño de algunos bares, la verdad es que esos bares pequeños son solo una fachada.
Y he ahí donde está la verdad.
*
Estas en el sofá sentado, un cigarrillo consumiéndose en tus dedos y la vista fija en el televisor, como si realmente fuera interesante lo que están pasando. Pero no, Two and a half men dejo de ser divertido cuando el chico que hacía de "Jake" creció y Charlie Sheen se fue de la serie, ni que eso fuera una novedad.
Es entonces, cuando meditas de lo mierda que es la serie ahora, que tu celular comienza a sonar, lo agarras, ya que lo habías dejado sobre la pequeña mesa que tienes a un costado y sin siquiera mirar la pantalla atiendes.
- ¿Qué pasa? -preguntas, cansado, llevando el cigarrillo a tus labios e inhalando de aquel humo, para luego largarlo lentamente.
- Tenemos un pequeño problema Gerard... -dice la voz del otro lado, por lo que suspiras cansado.
Problemas, problemas, problemas... a veces te preguntas cuando te van a llamar para decirte algo bueno.
Respuesta: Nunca.
- ¿Qué clase de problema Bert? -preguntas, cansado, a tu amigo y socio, la cara visible de tu verdadero negocio.
- Tenemos unas pequeñas bajas... -te dice tu amigo, por lo que apagas tu cigarrillo casi consumido en el cenicero que esta sobre la mesa donde antes estaba tu celular y comienzas a acariciarte el entrecejo.
- Sé más claro... -le dices, cansado, nunca tuviste mucha paciencia.
- Tres de los chicos están enfermos, y entre esos tres esta Ryan -te responde tu amigo, por lo que suspiras con fuerza, recostado tu espalda en el respaldo del sillón y cerrando los ojos.
- ¿Te pensas que hago magia? ¿Qué chasqueo los dedos y aparece un pelotudo de la nada? -le preguntas frio, cortante, pero aun así, tratas de mantener la calma.
- Podrías intentarlo, es viernes Gerard, sabes que es cuando más clientes vienen -te dice tu amigo del otro lado del teléfono, por lo que aprietas tus dientes y abres tus ojos, mirando el techo.
- En quince te llamo -es lo único que dices después de unos segundos en silencio y cortas la llamada.
Tiras el celular a un costado del sillón, perdiéndose de tu vista y te acomodas en el mismo, ahora brazos contra rodillas, las cuales están abiertas, y miras al frente, el televisor, sin mirarlo realmente y te quedas pensando.
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Ni Orgullo, Ni Derecho - Frerard
FanfictionMichael, el hermano menor de Gerard lo convence de que debe conseguirse una mascota. Una noche va caminando por la calle, y recoge a un chico. muchos años menor y como condicion de que le permitiera quedarse, él debe actuar como si fuera eso, una ma...