Aún no ha salido el sol, las calles se ven bastante vacías y te encuentras sentado a un costado de una estación de servicio.
Prendes tu celular, y buscas el número de Bob, llamándolo, porque quieres hablar con alguien, porque aún es temprano para llamar a aquella chica y devolverle la campera, pero mas importante, porque la cabeza te duele y el pecho también.
- Son las 4 de la madrugada – es lo primero que dice tu amigo al atender el celular.
- Es bueno saber que estas despierto - le respondes y lo escuchas reírse.
- Si hubieras llamado quince minutos antes no te respondía – y no necesita decir nada más para que entiendas el porqué de su buen ánimo y la razón por la cual está despierto – pero bueno, ¿Qué pasa?
- Nada, quería hablar con vos, tal vez no pueda comunicarme por un tiempo – y tras decir eso, suspiraste, mirando a un costado de la calle.
- ¿Por qué no venís? Te podes quedar conmigo, en vez de andar dando vueltas y haciendo cualquier cosa – te reprocho tu amigo, mas, solo sonreíste.
- No te quiero causar problemas – le respondiste, sin dejar de sonreír agradecido – es solo cuestión de tiempo, tal vez después piensen que estoy muerto y me dejen de buscar...
- Esa mentira no te la crees ni vos – te dijo Bob, suspirando.
- Se vale soñar – dijiste, cerrando tus ojos y suspirando.
Tal vez Bob tenga razón, tal vez nunca vas a poder estar en paz. A veces maldices tu idiotez al hacerte tantos tatuajes, es como que si de por si es difícil esconderte, tus tatuajes no te ayudan una mierda. Por más que pasen años, siempre te van a reconocer, y seguro que lo que te espera con el pasar de los años es una muerte segura.
Porque sabes demasiado, porque has visto cosas horribles y sorprendentes, y has visto a la misma policía metida en eso, así que es solo cuestión de tiempo. Pero aunque te queden solo un par de años, quieres vivir lo que te resta fuera de aquel lugar, haciendo algo que por lo menos te guste, aunque el precio sea pasar hambre, frio y hasta vivir como un vagabundo.
*
Una vez terminaste tu llamada con tu amigo (en realidad, tuviste que cortarle, porque cuando le preguntaste sobre cómo estaba tu madre él se enojó y comenzó a insultarte) agendaste el número que tenías escrito en el brazo y lo apagaste, porque no tenías cargador y si lo ibas a vender, ibas a necesitar comprobar que andaba.
Flexionaste tus rodillas y apoyaste tu cabeza en la pared, cerrando tus ojos y suspirando, escuchando voces cerca por lo que abriste tus ojos y te quedaste viendo al grupo de chicos que venían caminando, tal vez tenían tu edad, o un poco más, no estabas seguro, ni tampoco te importaba, solo los miraste y sonreíste.
- ¿Me regalas un cigarrillo? – preguntaste cuando pasaron cerca de ti, por lo que uno se detuvo.
- Si hombre, ten – te dijo, dándote un cigarrillo de su atado y convidándote con fuego.
- Gracias.
- De nada – te respondió y se fue caminando donde estaban sus amigos.
*
Te despertaste cuando el sol golpeo tu rostro, no te diste cuenta que te habías dormido. El trasero te dolía por la posición al igual que tu espalda, por lo que te levantaste, estirando tus brazo y espalda.
Algunas personas te quedaban mirando, otras ni siquiera paraban en tu presencia.
Comenzaste a caminar y le preguntaste a una mujer que estaba esperando en la parada de colectivo la hora, ella diciéndote que eran las siete y cuarto.
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Ni Orgullo, Ni Derecho - Frerard
Fiksi PenggemarMichael, el hermano menor de Gerard lo convence de que debe conseguirse una mascota. Una noche va caminando por la calle, y recoge a un chico. muchos años menor y como condicion de que le permitiera quedarse, él debe actuar como si fuera eso, una ma...