Los labios te hormigueaban aun, a pesar de que ya era de noche e ibas en el auto junto a tu amo al hogar de su madre. Llevas una remera roja con rayas negras, manga larga, una campera negra y un pantalón de Jean negro, vistiendo todo con unas converce, todo cortesía de tu Gerard (tuyo, por hoy quieres creer que es solo tuyo).
Él, en cambio, lleva un pantalón de Jean también negro, borcegos negras, una camisa negra y una campera de cuero, ahora, un cigarrillo entre sus labios mientras apoyaba el celular entre su hombro y oído, hablando con su hermano (si a eso se le puede decir hablar porque solo responde con hum hum, o ajam). Te le quedas mirando, como frunce el ceño cada tanto y agradeces que no hubiera nadie en la calle (ya son cerca de las once de la noche, supones que todos deben estar adentro hablando, riendo, y la gran mayoría, ya borrachos para recibir la fecha).
Miras a un costado, por la ventanilla, un pequeño suspiro se escapa de tus labios y no puedes evitar morderte los pellejos de tus dedos (uñas ya no te quedan) por saber que vas a estar en la casa de Gerard, quien es tu dueño, con su familia y que no sabes cómo te van a tratar (sumado a que tienes el collar de perro, porque Gerard te dejo muy en claro que NO te lo sacaras).
Nunca te importo lo que piensen sobre tu persona, eso es una realidad, pero está de más aclarar que eso nunca te importo porque nunca tuviste que caerle bien o mal a alguien, ahora te parece distinto. Tal vez es porque cuando estas con Gerard te sientes diferente, tal vez es porque te gusta, tal vez simplemente, es que no sabes que hacer en una situación así.
Si antes te hubieran dicho que ibas a pasar una navidad sin Bob o, como siempre estuviste acostumbrado, encerrado en un cuarto con olor a humedad y un cuerpo desconocido sobre el tuyo, no lo hubieras creído.
- Agh... cállate de una vez, ya estoy a dos cuadras – dijo tu dueño y tiro el celular sobre tus piernas, por lo que giraste tu rostro, observándolo confundido, viendo como el aire entraba desde la ventanilla moviendo sus cabellos y aquel cigarrillo que estuvo en un momento sobre sus labios ya no se encontraba más – si quieres fumar, aprovecha ahora, mi madre no te va a dejar fumar ni a vos ni a mi dentro de la casa – y tras decir estaciono el auto contra el cordón de la calle, sacando un cigarrillo de su atado y prendiéndolo, mientras apoyaba su codo sobre la ventanilla y miraba a la calle, tendiéndote el encendedor que tenía sobre su mano una vez ya había prendido su cigarrillo.
Lo agarraste y le sacaste un cigarrillo, encendiéndolo, relajándote al sentir el humo entrar en tu boca y bajar por tu garganta para luego largarlo por el costado en dirección a la ventanilla que estaba abierta.
Sentiste los ojos de Gerard clavados en tu rostro, por lo que giraste tu rostro, devolviéndole la mirada, inexpresivo, pero aunque aparentabas que no sucedía nada, por dentro tu corazón latía con tanta fuerza que sentías que en cualquier momento se iba a escapar de tu pecho.
No dijiste nada, no sabías que decir y Gerard tampoco lo hizo, solo te siguió mirando hasta que termino su cigarrillo, lo tiro y subió la ventanilla, abrió la puerta y salió del auto, vos siguiéndolo y caminando hasta que llegaron a una casa de dos pisos, tres escalones que daban a una puerta blanca y al lado de la misma un gran ventanal con cortinas cerradas de un color blanco.
- Ni se te ocurra hacer una estupidez – te dijo luego de haber tocado el timbre de la casa.
- Guaf – le respondiste y a los segundos la puerta se abrió, dejando a la vista una mujer de cabellos rubios, casi platinado con un vestido negro de mangas largas ajustado, largo, un poco más debajo de la rodilla y unos zapatos rojos con un gran taco.
- Hasta que te dignaste a venir – dijo la mujer, mirando a tu dueño con los brazos cruzados y una ceja alzada.
- Perdón mamá – le respondió él, rodando los ojos con fastidio y entrando a la casa, dejándole un beso en la mejilla a aquella mujer – él es Frank – y te señalo con el pulgar, por lo que sonreíste, asintiendo con la cabeza.
ESTÁS LEYENDO
Ni Orgullo, Ni Derecho - Frerard
FanfictionMichael, el hermano menor de Gerard lo convence de que debe conseguirse una mascota. Una noche va caminando por la calle, y recoge a un chico. muchos años menor y como condicion de que le permitiera quedarse, él debe actuar como si fuera eso, una ma...