Capitulo 5

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Thiago

Esta es mi oportunidad de molestar a Vanessa.

Desde que volví a los ángeles no eh tenido mucho tiempo de molestarla. Pero hoy es mi oportunidad.

Su mamá Brigitte me llamo a pedirme que le haga compañía a su hija, porque no le gusta que esté sola.

Y yo con gusto acepte, obvio.

Así que me dirijo a la casa de Florecita, son las 10:00 am. Casi no eh dormido me acosté a las cuatro después de esa fiesta, lo bueno es que no tengo resaca porque no bebí alcohol.

Toco la puerta después de unos minutos Vanessa abre la puerta. Anda con un vestido muy bonito de flores, y el cabello recogido en una coleta.

A ella siempre le han gustado las flores desde pequeña de hay surgió su apodo.

Ella frunce el ceño al verme. Se ve adorable cuando hace eso.

—¿Qué haces aquí?

—Tu madre me dijo que si podía venir a cuidarte, porque a ella no le gusta que pases sola.

—Y tú tan amable aceptaste.

—Si, así soy yo.

Ella blanquea los ojos.

—Me dejas pasar.

Ella me da espacio para que entre.

—¿Qué hacías?—le pregunto sentándome en el sofá.

—Estaba haciendo tarea.

Se sienta en el sofá de en frente.

A mi lado, aparece su gato color gris a pedir que lo acaricie. Me gustan los gatos grises.

—¿Cómo se llama?

—¿Quién?—pregunta Vanessa, sin levantar la mirada de su cuaderno.

—Tu gato.

—Chocolatito.

—¿Chocolatito? ¿Por qué si es griss?

Se encoje de hombros.

—Me gusta el chocolate.

Que gran respuesta.

—¿Ya comiste?.

—El desayuno si, pero tengo que hacer el almuerzo.

—Vamos a hacer el almuerzo.

Ella alza una ceja.

—¿Sabes cocinar?.

—Claro que si, soy todo un profesional.

Nos vamos a la cocina y nos ponemos a cocinar pollo con verduras.

—Tu partes la verdura haces el arroz, y yo me encargo del pollo.

Le indico poniendo el delantal.

—Esta bien.

Nos lavamos las manos y Comenzamos a cocinar. Y yo como no puedo estar mucho tiempo callado cuando estoy alrededor de ella, digo lo primero que se me ocurre :

—¿Estas nerviosa por el juego?.

Ella estaba concentrada cortando las verduras, me mira de reojo y niega con la cabeza.

—No… bueno lo normal de cuándo voy a competir.

—¿Crees que vallas a ganar?

—Nada es seguro.

—Ella alardea mucho diciendo que es la mejor.

Florecita, pone las verduras en la olla y comienza a preparar el arroz.

Su insoportable Manera De Ser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora