Capitulo 21

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Ya han pasado dos semanas y Alejandría le va muy bien en su trabajo se ve un poco más motivada aunque todavía tiene una mirada afligida. Y por más que le he preguntado no me dice nada, no la quiero presionar esperaré hasta que esté lista para contarme.

También me he fijado que está más apegada a Zack y que ya no le habla a su hermano Erik. Él y Mónica cada vez que la ven le dan una mala mirada.

Yo estoy volviendo a entrenar en tenis pronto tendré otras competencias.
El viernes los chicos tienen un partido de Básquetbol. Y esperan que yo vaya a verlos.

Y claro que iré porque así como ellos me apoyan a mi yo también los apoyo a ellos.

Hoy es sábado y mis padres y yo nos alistamos para ir al cumpleaños de Daniel Vincent.

Mi madre me maquilló sutil, mi cabello está suelto y cae en ondas por mis hombros. Llevo un vestido color vino, tallado de arriba y algo vaporoso de la falda. Combinado con unos tacones negros.

—¿Ya están listas? —oigo a mi padre preguntar desde el piso de abajo.

—¡Si! Ya estoy lista. —les digo.

Agarro mi bolso y comienzo a bajar las escaleras.

—Espérenme no encuentro un bolso que combine con mi vestido y tacones. —contesta mi madre.

—Tienes muchos bolsos agarra uno y vámonos.

—Leonardo, no puedo agarrar cualquier bolso, tiene que ser que combine.

—Tu vestido es azul escoge un bolso plateado. —digo.

—¡Esta bien!

Después de unos minutos.
Nos subimos al auto y nos dirigimos al lugar donde será la fiesta reservado para eso.

Al llegar nos recibe la señora Carey.

—Bienvenidos, que bueno que vinieron.

—No podríamos faltar.

—Allá está la mesa para ustedes. 

Las mesas y las sillas están con manteles blancos y cintas azul.  Todo está tan elegante pero juvenil.
Me dirijo a la mesa donde esta Daniel, Thiago y otros familiares.

—Feliz cumpleaños cumpleañero.

Le doy un abrazo.

—Gracias, Vanessa. Yo no quería fiesta pero mi madre insistió y la dejé que la hiciera.

—Parece que hizo un buen trabajo con la decoración.

Saludo a todos los demás de la mesa y cuando me toca saludar a Thiago, me pongo algo nerviosa por algún motivo que desconozco.
O que tal vez se, pero me niego en aceptarlo.

Regreso a mi mesa con mis padres. Muchos se levantan para ir a bailar, a mí no me apetece y me quedo sentada en la silla.
Hasta mis padres se levantan a bailar.
Después de un rato comienza a sonar una canción lenta.

—Me concede esta canción señorita Brown.

Miro al causante de esa pregunta y sonrío.

Thiago.

Va con una camiseta azul oscuro tiene los tres primeros botones desabrochados. Y combina muy bien con sus ojos del mismo color y su cabello azabache que en estos momentos lo anda algo peinado pero con un mechón rebelde suelto.

—Esta bien.— Acepto su mano y nos dirigimos a la pista. Él pone su mano en mi cadera y yo pongo mi mano en su hombro y la otra queda unida a su otra mano.

Su insoportable Manera De Ser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora