Capitulo 2

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—Amigo que bueno que volviste.

Le dice Noah a Thiago.
Estamos afuera de la preparatoria, Axel, Zack, Derek, Noah, Thiago y yo todos nosotros nos conocemos desde niños, a ellos les alegra su llegada, a mi no.

Ese idiota competitivo, arrogante, y...bueno ya entendieron a donde quiero llegar.

—Estoy feliz de haber vuelto los extrañe a todos.

Con eso último me volteó a ver a mí, con una sonrisa socarrona en el rostro. Pero lo ignoro viendo al suelo.

Tonto.

—Y nosotros te extrañamos a ti.—responde Derek.

—Pues, yo no—digo con sinceridad.

Me volteo para entrar a clases y siento la mirada de ellos en mi nuca pero no me giro a verlos.

Después de las clases tengo que ir a entrenar para el juego de tenis, que va a ver dentro de una semana. Las clases son en un club privado.

Al llegar veo que ya está mi entrenadora Ana Leroy, es una mujer de treinta y ocho años muy guapa, que no se quiso casar ni tener hijos y vive feliz viajando a donde ella quiera.

Me acerco a la entrenadora.

—Vanessa, que bueno que ya llegaste. Mira te quiero presentar a alguien que acaba de mudarse.

Me conduce hacia las canchas de tenis, donde hay está una chica cabello negro y ojos marrones. Que parece de mi edad.

—Las presentó, Vanessa, ella es Alejandría Cooper. Alejandría, ella es Vanessa Brown.

Nos damos la mano a modo de saludo.

La entrenadora Ana sigue explicando.

—Las dos son unas de las mejores jugadoras de sus preparatorias. La señorita Cooper, acaba de mudarse de Canadá. Las dos van a competir la otra semana.

—No le veo gran competencia—exclama Alejandría.

—Que no te engañe, Vanessa, es una gran tenista.—contesta la entrenadora.

—¿Y porque te mudazte? —le pregunto.

—Tuve algunos problemas en mi anterior preparatoria.—contesta algo fría, como si le molestará la pregunta que le hice.

Hay un incómodo silencio.

—Bueno...¿no quieren hacer un partido de tenis para ver qué tan buenas son?.

—Por mi no hay ningún problema. —contesto.

—Por mi tampoco —contraataca Cooper.

Caminamos hasta entrar a la cancha, agarramos nuestras raquetas y nos posicionamos en lado opuesto a la red. El juego lleva una puntuación inusual : el primer punto se contabilizará de 15 puntos, el segundo de 30 puntos y el tercero de 40 puntos.

Al finalizar nuestro partido resulta que es un empate.

—Pues parece que si eres buena rival.

Dice Alejandría al terminar el partido y nos dirigimos a unas bancas. Agarramos las botella de agua y toallas que Ana, nos ofrece.

—Gracias, tu también eres buena.

—No me gustan los retos fáciles así que agradezco que esto no sea un juego fácil. —dice ella.

—Bueno, ya comprobaron que las dos son unas buenas tenistas. Se pueden ir a descansar —nos dice Ana y después voltea a verme a mí—Mañana comenzamos a entrenar.

Su insoportable Manera De Ser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora