Capitulo 24

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Vanessa

Casi no dormí, tuve pesadillas por la historia que mi madre me contó de ella y mi papá, similar a la de Thiago y yo.

Pero tengo que calmarme, tal vez no me pase lo mismo, como dijo mamá tal vez y nos mudemos a ciudades diferentes y no nos volvemos a ver. Y él se enamore de otra.

Eso pensaré para no perturbar mi paz y mi sueño.

Hoy es el partido de básquetbol de mi instituto y  el instituto wallace.

Estoy afuera del vestidor de los chicos esperando con Alejandría.

—Bellezas ¿a quien están esperando? —nos pregunta Derek deteniéndose en la entrada.

—A todos los jugadores —le responde Alejandría.

—Creí que solo estabas esperando a Zack. —le responde él.

Ella se sonroja.

—¿Y tú Vanessa vienes a darme un beso de buena suerte? —me pregunta Thiago saliendo de los vestidores.

—Ya quisieras. —le respondo.

—¿Y que haces aquí?

—Solo les venimos a desear buena suerte.

—Si no hay un beso no hay buena suerte.

Pongo mis ojos en blanco.

—Hora de ir nos chicos—anuncia el entrenador.

Todos los chicos salen y Zack y Alejandría van conversando en el camino. Los únicos que nos quedamos solos, somos Thiago y yo.

Comienzo a mover mis dedos de forma nerviosa.
¿Por qué ahora que él está cerca me pongo nerviosa?
Contrólate Vanessa no tienes que dejar que te guíen tus emociones.

—¿Me querías decir algo? —pregunta Thiago con dulzura.

—Que tienen que ganar.

—¿No dirás qué ojalá ganemos?

—No, tienen que ganar si o si.

Él se ríe.

Y solo por esta ves me dejo guiar por mis emociones.
Me pongo de puntillas, lo agarro de los hombros. Él se queda quieto esperando lo que haré. Me acerco a su rostro y le doy un beso en la mejilla.

Después me separo.

—Tu beso de la buena suerte. —le digo y comienzo a caminar.

Me voy a sentar en las gradas a la par de Alejandría, todo el gimnasio está lleno de alumnos, maestros y algunos de los familiares de los jugadores.

El juego comienza y ambos jugadores de cada equipo comienzan a entrar a la cancha.

—Yo digo que perderemos —comenta una amiga de Mónica que está sentada cerca de nosotras.

—Deja de decir eso —le reprende Mónica —Thiago es el mejor, y vamos a ganar.

—Que lame botas—comenta Ale, en voz baja.

—Si, así es ella cuando se trata de Thiago.

—Hey, chicas. —nos saluda Aarón sentándose a la par de Alejandría.

—Hola, Aarón hace días no te miraba.

—Si, he estado ocupado buscando apartamento.

—¿Y lo encontraste? —le pregunta Ale.

—Si y lo mejor es que está cerca del instituto.

—Que buena noticia, ¿Y te quedarás a ver el juego?

Su insoportable Manera De Ser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora