Capitulo 26

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Vanessa

—¿Qué hicieron el fin de semana? —nos pregunta Noah.

—Yo me quedé leyendo libros —responde Axel.

—Tú solo así vives.

—Deberías de intentarlo.

—No, gracias. ¿Y tú Vanessa que hiciste?

—Pues el sábado salí con Thiago a la playa.

Omite a propósito de que también fuimos a la pista de patinaje.

—Uy. ¿Y que pasó?

Frunzo mi entrecejo.

—¿Qué pasó de que?

—¿Algo interesante que contar?

—No seas mal pensado Zanahoria, no pasó nada entre él y yo. Solo nos divertimos y después me llevo a mi casa.

—Que aburrido.

—¿Y tú qué hiciste el fin de semana? —le pregunto yo ahora.

—Salí con una chica que conocí en una fiesta. Pero se enojo conmigo.

—¿Por qué? —pregunta Axel con el entrecejo fruncido.

—Porque ella quiere algo serio y ustedes ya saben que yo no.

—Parece que tenemos en común ese miedo al amor. —medio bromeo.

—El amor es horrible. —dice él.

—Concuerdo. —le digo chocando mi puño con el de él.

—Eso dicen porque no se han enamorado. Tal vez cuando conozcan a la persona indicada piensen otra cosa. —dice Axel mientras sigue leyendo.
Nosotros dos lo miramos con cara de horror.

—Dios, Axel deja de leer libros.

—Es cierto, que el amor es difícil, y en veces horrible. Pero es bonito sentir que hay alguien a quien le importas y te ama.

—Mejor me voy, hasta sentí un feo escalofrío por mi cuerpo. —Dice Noah. Y yo me echo a reír.

—Yo también me voy. —le digo. —Hasta mañana Axel.

—Hasta mañana, Vanessa.

Lo dejo leyendo y me adentro por los pasillos del instituto hasta llegar al estacionamiento.

Dónde veo que mi auto está pinchado.

—Ay, no.

—Vanessa.

Me sobresalto y me volteo a la voz.

—Hola, Erik. Me asustaste.

—Lo siento, se te pincharon las llantas, ¿Quieres que te lleve?

No pues que coincidencia se me pincha la llanta y él aparece.

—No te molestes le puedo pedir a uno de mis amigos que me lleve.

—No es molestia, vamos. —me agarra de la mano para que camine con él.

—¿Qué pasa aquí? —viene Thiago preguntando.

Y esta muy serio.

Llegó nuestro héroe.
Yo me podría librar sola.

Si, pero se le agradece.

—Se le pincho la llantas al auto de Vanessa, y la llevaré a su casa.

—No te molestes, ya estoy aquí la llevaré yo.

Erik se ríe burlón.

—Controla tus celos, Thiago.

—¿Yo celoso de ti? No me hagas reír.

Su insoportable Manera De Ser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora