Capitulo 29

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Prepárense para lo que se viene 🥲

Después de lo que hicimos Thiago y yo me fui a mi casa me bañé me puse la pijama y me fui a la cama. Y él me mandó un mensaje deseándome buenas noches.

Afortunadamente mis padres no me preguntaron porque había tardado en llegar.

Hoy toco un examen de álgebra. No sé si salí bien pero si salí con un dolor de cabeza.

Al pasar por un pasillo para ir al estacionamiento me encuentro a Mónica.

—¿Ya te vas a casa? —me pregunta con una sonrisita.

—Si. ¿Por qué el interés?

—No por nada.

Sigo caminando pero sus palabras me detienen.

—Ten cuidado al manejar. —dice mientras se muerde una uña.

Frunzo mi entrecejo.

—¿Por qué me dices eso?

—Me preocupo por ti.

Tiro una risa seca.

—Tú no te preocupas por nadie que no seas tú misma.

—¿Thiago y tú ya son novios? —me cambia el tema.

—Eso a ti no te incumbe.

—¿Y no te irás hoy con él?

—Hoy tiene entrenamiento de básquetbol.

Sonríe complacida por mi respuesta.

—Que tengas buen viaje, Vanessa.

Sigo caminando ignorándola.

Está loca no hay que hacerle caso.

Al llegar al estacionamiento subo a mí auto, pongo mi mochila en el asiento del copiloto y comienzo a conducir.

Bien, no tengo que ponerme nerviosa por lo que dijo Mónica. Tal vez solo dijo esas cosas para asustarme.

¿Y si puso una bomba en mi auto?

No, no creo.

¿Ten cuidado al manejar?
¿Desde cuándo le dice eso a alguien? Yo creo que ni a su madre se lo ha de decir.
Me detengo en un semáforo y de la nada aparece un auto a toda velocidad hacia mi, no me da tiempo a reaccionar ni hacer algo porque impacta en mi ventana de copiloto y lo último que veo es una mancha roja, después todo lo que vi fue negro y borroso.


Thiago

Voy saliendo del entrenamiento de básquetbol con Zack y Derek.

—¿Salimos todos a comer? —pregunta Derek.

—Con tal que no pidas mariscos, todo bien —respondo con una mueca de asco.

—Ni pizza con piña.—le sigue Zack.

Derek pone los ojos en blanco.

—Gustosos.

Me entra una llamada al desbloquear el celular veo el número de la señora Brigitte.

—Hola, señora Brown.

Sonrío aunque no me este viendo.

Se oye un sollozo al otro lado de la línea.
E inmediatamente me preocupo.

—¿Brigitte?

—Thiago, mi hija tuvo un accidente en carretera y esta muy mal.

Siento un vuelco en mi corazón.

Su insoportable Manera De Ser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora