Capitulo 9

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Vanessa

Hay cosas que pasan sin razón ni sentido y tú te preguntas ¿Por qué me pasa esto? Pues yo creo que todo pasa por algo y después de un tiempo te das cuenta porque.

Y están esas personas que regresan a tu vida sin ninguna razón a atormentar te.

Y vuelvo y repito todo pasa por algo, y espero algún día me de cuenta porque.

—Mira hoy vienen unas amigas a tomar el té y hablaran sobre una recaudación que quieren hacer.—me dice mi mamá

—Que bien,—le sonrío—¿ Y cual es el problema?

—Que necesito hacer una maqueta para dentro de tres días y no voy a poder hacerla si estoy ayudando a crear el evento de fondos. Y por eso… se me ocurrió que tú y Thiago me ayudarán.

—¿Y porque no le pides ayuda a tus trabajadores de la empresa?

Ella suspira.—Por que a mí me gusta hacer mis maquetas además ellos harán otra. Tenemos mucho trabajo.

—Pero nosotros no sabemos nada de arquitectura.

—Yo les daré todas las indicaciones de lo que deben hacer.

—¿Y porque Thiago?

—Fue el primero que se me vino a la cabeza. Por favor hija ayúdame.

Suspiró rendida.

—Esta bien—respondo entre dientes.

Ya se iba pero se regresa para agregar otra cosa:

—Y van a tener que hacerlo en tú habitación porque aquí en la sala vamos a tomar el té.

—No, no, no. —niego rotundamente —Thiago no puede entrar a mi habitación.

—Dejas la puerta abierta.

Me agarró la cabeza con frustración.

Esto no puede estarme pasando, lo tengo que aguantar en la preparatoria, de vecino y ahora trabajar en una maqueta con él.
¡Y a solas en mi habitación!

El universo va en contra mía.

Tres horas después.

Estoy sentada en mi escritorio viendo a la nada, cuando oigo que suena el timbre de mi casa.
Escucho que suben las escaleras.

Ay no, ahí viene.

Tocan la puerta de mi habitación.

—¡Pase!—grito.

Abren la puerta. Y me preparo para mí peor pesadilla.

—Hija, ya llegó Thiago—Anuncia mi madre—.Voy a dejar la puerta abierta.

Volteo a verlos. Él anda una camiseta negra de botones remangada las mangas hasta los codos, y unos vaqueros negros.

Con esa vestimenta resalta el azul eléctrico de sus ojos.

Su cabello está alborotado Pero aún así se ve bien. Y su loción llena mi habitación con su aroma masculino y fresco.

Y esa sonrisa socarrona que me dan ganas de borrarla.

—Hola, Florecita.

—Hola, tú.

Él comienza a recorrer mi habitación con la mirada.

—Bueno aquí tengo todo lo que vamos a necesitar para la maqueta.—le digo.

—¿Todavía tienes este peluche? Lo tienes desde que eras pequeña.

Su insoportable Manera De Ser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora