Surrendered to your passion

Capítulo 4

Capitulo 4

─ Quien diría que Byakuya colaboraría tan rápido...─ Comentó Kyoraku al ver como el moreno devoraba la entrada de su futuro teniente.─ Sabía que terminaría por acceder pero no tan rápido y menos de esta forma, es obvio que lo está disfrutando más de lo que quisiera, ¿no crees Shiro-chan?─ Preguntó a la vez que se desataba su obi y libera su protuberante erección.

─ Aja...─ Ukitake no estaba en esos momentos para mucha charla, entre el espectáculo, y que Shunshui no había parado de meterle mano lo único que quería era dar rienda suelta a su excitación. ─ Creo que ya he visto suficiente, dejémosle algo de intimidad.─ Dijo antes de arrodillarse entre las piernas de su compañero para empezar con su propio juego privado. El castaño solo sonrió de medio lado sin llegar a contestarle y se acomodó en el sofá impaciente por lo que estaba por venir, tanto dentro como fuera de su sala.

Volviendo con los protagonistas...

Hay estaba... la algo gruesa y larga polla de Kuchiki Byakuya abriéndose camino sin pausa en su interior. Renji gimió al notar como su estrecha entrada se iba ensanchando al paso de semejante arma, cuando estuvo por completo enterrada en él Byakuya se recostó sobre su espalda. Se mantuvo estático por casi un minuto respirando a bocanadas para evitar correrse, jamás en su larga vida había experimentado semejante sensación, su pene era estrujado hasta casi ser doloroso y eso le estaba volviendo loco. Abarai por su parte había enterrado las manos debajo de la almohada estrujando las sabanas y hacía lo imposible por mantenerse quieto aunque su cuerpo pedía a gritos que comenzara la acción, intentaba pensar en imágenes desagradables para poder controlarse, cosa que le estaba costando horrores.

El Kuchiki ajeno a lo que pasa por la mente de su teniente retiró lentamente su miembro hasta casi sacarlo del todo para un instante después volver a ingresar con deliberada parsimonia. Repitió el movimiento unas cuantas veces, la última saliendo por completo de él, necesitaba un poco más de lubricación y estaría encantado de proporcionársela. Volvió a lamer el ya no tan estrecho agujerito introduciendo su lengua en el hasta darse por satisfecho con el resultado.

Unos segundos después unas blancas manos recorrían los brazos tatuados hasta llegar a las suyas propias. El moreno había tenido una idea que pensaba llevar acabo de manera inmediata. Renji notó todo el cuerpo de su capitán pegado a él; la boca de Byakuya mordisqueando y succionando en su cuello, su espalda siendo una sola con el pálido pecho, el pene restregándose entre sus nalgas y él ardiendo en deseos de ser follado salvajemente.

─ Ni se te ocurra correrte todavía Renji.─ Ordenó con un jadeo en su cuello.

─ haaai.─ Gimió más que contestó, no estaba seguro de poder cumplir con lo pedido.

El Kuchiki se incorporó llevando las manos de Abarai a la parte trasera de su espalda, allí y valiéndose de uno de los obis que andaba tirado por el suelo ató ambas manos de su teniente dejándolo totalmente inmovilizado. Renji no podía creer que el hombre que estaba sometiéndole con tanta maestría y fogosidad fuera el mismo estirado y remilgado capitán de la 6ª división.

Byakuya mientras que se masturbaba contempló su obra de rodillas entre las piernas abiertas del maniatado pelirrojo, este se encontraba con la cabeza girada hacia el lado izquierdo, el pecho totalmente apoyado sobre el futón y la polla rezumando pre-semen ansiosa por algo de contacto. El moreno se relamió antes de introducir su pene de golpe en la expuesta entrada que se le ofrecía y comenzó a arremeter a un ritmo salvaje, Renji lo único que podía hacer en dicha postura era gemir e intentar mantener la poca cordura que le quedaba. Sin piedad Byakuya agarró con una de sus manos las dos del pelirrojo y tiró de ellas hacia sí incorporando a su dueño bruscamente y cambiando el ángulo de las embestidas atrayendo de paso la boca del pelirrojo a hacia la suya propia para devorarla aminorando un poco el ritmo de las penetraciones. Sin llegar a salir del interior de su amante el Kuchiki se recostó en el futón de espaldas con el teniente encima de él y cogiéndole de los muslos para alzárselos empezó a embestirle con celeridad, cada vez más rápido, llegando más profundo, martilleando sin descanso la próstata de un jadeante y prácticamente inconsciente pelirrojo. Y sucedió, sin más estímulos que esa maravillosa verga taladrándole el trasero y los eróticos gemidos de su acompañante Renji se corrió en tres grandes ráfagas de semen que mancharon gran parte de su pecho y rostro. Como reacción a tremendo orgasmo el pobre quedó totalmente inerte sobre el otro cuerpo... cosa que no preocupo mucho al Kuchiki que sin miramientos giró dejando a Renji tumbado boca abajo y continuó arremetiendo sin descanso recostado sobre él.