Capítulo 29

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Capitulo 29

Renji pov.

Han pasado ya dos meses desde que comencé la relación que mantengo con Shinji y por fin mi vida está empezando a ser la que siempre desee, lejos del distrito Inuzuri y todos los malos recuerdos que deje atrás en ese lugar y al lado de un hombre que me quiere y me respeta tal y como soy. Nuestra relación es como siempre imagine que sería la vida en pareja, cuando estoy con él no siento miedo de decir o hacer algo incorrecto. Cada palabra o gesto que me decía están llenos de cariño y respeto... Es tan diferente a lo que viví junto a Kuchiki-taicho que ahora me doy verdaderamente cuenta de lo equivocado que estaba con respecto a los "supuestos sentimientos" de mi capitán hacia mí. Mentiría si dijera que le he olvidado por completo pero cada día que pasa Shinji va ganando terreno en mi corazón y conservo la esperanza de que tarde o temprano desaparezca por completo este amor imposible que aún por las noches acosa mis sueños. Por otro lado, he de admitir que Kuchiki-taicho se está comportando tal y como prometió, lo que es un alivio. Nuestro trato es cordial y se ciñe estrictamente a lo laboral, no ha vuelto a acosarme ni a presentarse por mi habitación y mucho menos a pedirme favores sexuales. Aún estoy dolido por su rechazo y por el modo en que me trató pero ya no queda ni rastro del odio (fue más enfado y frustración que odio) que albergué los días siguientes a mi vuelta de Hueco Mundo.

Ya cambiando de tema, las cosas por el Seireitei han vuelto a ser más o menos como antes de la traición de Aizen. Los escuadrones con nuevos capitanes están mejor que nunca y sé de primera mano que tanto Hisagi, como Hinamori, están felices con sus nuevos superiores y he de admitir que, aunque no me haga la más mínima gracia Ichimaru-taicho, desde que regresó, Izuru vuelve a brillar entre nosotros. Me alegra que por fin esté feliz aunque sea al lado de semejante hombre, incluso han hecho oficial su relación. Yo por el momento he preferido que nos tomemos las cosas con calma y que nadie sepa que estamos juntos, soy consciente del odio que siente mi taicho por Shinji y no quiero que por esa razón nuestra precaria relación se vea afectada. Seguro que si se entera no le sentará nada bien y lo último que me apetece es volver a reñir con él.

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Byakuya pov.

Hace meses que se malogró la relación que mantenía con Renji y desde entonces no ha vuelto a ser el de siempre conmigo. Como le prometí, me he mantenido alejado y no le he vuelto a presionar para que aclaremos lo sucedido, pero cada vez que le veo me entristece lo callado y apagado que se ha vuelto al estar a mi lado. No sé si cuando abandona mi compañía mantiene ese halo de ¿tristeza? ¿Abatimiento? Ni si quiera acierto a ponerle un calificativo, solo sé que este carácter que mantiene desde hace tiempo no es el normal y eso me tiene intranquilo. Lo he estado meditando durante un par de días y hoy he decidido regalarle un presente para ver si así al menos logro volver a verle sonreír aunque sea solo una vez. Que sepa, que aunque no quiera que retomemos nuestra relación íntima sigo preocupándome por él y que me importa su felicidad. Me engañaría a mí mismo si dijera que no me muero por volver a tenerle entre mis brazos, por dormirme abrazado a su cuerpo y despertarme con sus besos. Porque lo que más deseo de entre todas las cosas es forma una vida en común con él y para el resto de mis días aunque tenga que ser en la clandestinidad debido a mi cargo en el clan. Al ser el cabeza de la familia Kuchiki sería un verdadero escándalo que me comprometiera con un hombre, incluso eso podría acarrearme la destitución de tal cargo y por el bien de los míos es algo que no me puedo permitir. Sería una deshonra para la rama principal y algo que mi abuelo jamás me perdonaría.

Con la idea del presente en la cabeza dirijo mis pasos al Rukongai hasta dar con la tienda que buscaba.

                                     La libélula plateada

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