Captítulo 6

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Capitulo 6

Renji Llevaba unas tres horas seguidas sin parar luchando con distintos integrantes de la 6ª división en uno de los campos de entrenamiento más alejados de las oficinas y aún no terminaba de pasársele el mosqueo. Cada vez que recordaba las arrogantes palabras de su capitán una ira incontrolable se adueñaba de él, ¿Qué se pensaba? ¿Qué era una puta? Seguramente fuese esa la razón pero podría pensar en otra casi que peor ¿Qué pudiese sentir algo por él? Estaba seguro que fue eso lo que quiso decir al insinuar que había más razones para dejarse follar que la obvias, Y una mierda... lo único que sentía por ese hombre era un profundo resentimiento que casi rallaba en el odio, que lo admirara un poco por sus talentos a la hora de luchar no significaba que le agradara en lo más mínimo. Vale, también era tremendamente atractivo, muy de su tipo y un dios en la cama, pero cada vez que abría la boca y mira que lo hacía poco, todo lo demás perdía sentido.

Cuando dejó por un momento de torturarse a sí mismo pensando en la conversación con el Kuchiki se percató de que ya no quedaba nadie con quien desquitarse, todos hacía rato que se habían marchado a las duchas agotados por el ritmo frenético que había impuesto el pelirrojo al entrenamiento. Sin nada más que hacer por lo que le quedaba de tarde pensó en que tal vez no le vendría mal relajarse un poco en los baños públicos del Seireitei, seguro que por la hora que era no estarían muy llenos al no haber terminado la jornada laboral.

Caminado con algo de prisa atravesó las instalaciones de la 6ª y puso rumbo a las termas. Una vez estuvo allí depositó su ropa en uno de los casilleros y ataviado con una minúscula toalla alrededor de su cintura pasó a la zona reservada solo para hombres. Como había esperado el agua se encontraba desierta, no había ni un alma en el lugar, le pareció perfecto para su estado de ánimo, no tenía muchas ganas de aguantar nadie. Se metió en el agua dejando la toalla en el borde del estanque y se recargo contra la cálida piedra quedando sentado y con el agua a la altura del pecho. Llevaba como unos quince minutos con los ojos cerrados y la mente en divagaciones cuando notó como alguien entraba en la piscina natural.

─ Oh, ¿te he despertado?─ Preguntó Kira al ver como su amigo abría los parpados y fijaba su mirada en él.─ No quería molestarte, te veías muy relajado.

─ No te preocupes solo estaba pensando.─ Le contestó no muy animado y haciéndose a un lado para dejarle espacio cerca de él.

─ ¿Un mal día?─ Izuru era consciente de la difícil situación de su amigo desde que fuera ascendido a teniente.

─ Si... a veces me dan ganas de mandarlo todo a la mierda y desaparecer.─ Se hundió un poco en el agua y recostó su cabeza en el borde extendiendo los brazos a ambos lados

─ Pensé que las cosas no te iban tan mal.─ Se sorprendió por lo deprimente de la respuesta.─ ¿Ha ocurrido algo con Kuchiki-taicho?

─ Con quien si no.─ Lloriqueó de una forma que le hizo cierta gracia al rubio, era evidente que todo lo que tuviese que ver con Kuchiki-taicho afectaba de una manera u otra el chico con el que compartía el baño.

─ ¿te ha vuelto a pedir que te acuestes con él?

─ No, que va, la única vez fue en la dichosa ceremonia y desde entonces ni siquiera ha mencionado nada pero hoy... no sé si debo contártelo, se supone que no lo tiene que saber nadie. ─ Byakuya había sido muy claro en que no le viera nadie y teniendo en cuenta la reputación del capitán Aizen era obvio que tenía que mantener la boca cerrada.

─ Si no puedes no me lo cuentes, pero si lo haces te prometo que no se lo diré a nadie y así tal vez te sientas mejor.─ Renji por un momento sopesó los pros y los contras decidiéndose al fin a confiar en su amigo.

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