Capítulo 26

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Capitulo 26

6ª división, sala de archivos.

Renji se apresuraba en dejar uno de los últimos informes por archivar en su lugar correspondiente. Llevaba cerca de dos horas poniendo en orden el caos que reinaba en la estancia solo con la intención de no encontrarse con su capitán por lo que quedaba de día. Si como él planeaba lograba no cruzarse con el Kuchiki no tendría que inventarse alguna excusa para poder verse esa noche con Hirako porque intuía que si el noble se enteraba de su cita seguro haría lo imposible por impedirla. Incluso para él, era obvio que su capitán no tragaba al rubio pero no lograba adivinar cuál era el motivo en concreto que generaba ese odio desmedido por su homónimo, seguramente se remontaría a los tiempos en los que el Kuchiki era solo un adolescente y Shinji ya ostentaba el rango de capitán.

Miró el reloj que se encontraba colgado en una de las paredes y en el que marcaban las 19:57 justo cuando daba por finalizada su ardua tarea. Apenas iban a ser las 8 de la tarde pero aún tenía que ir a su habitación y arreglarse para estar presentable, a este paso terminaría por llegar tarde. Con ese pensamiento se sacudió el polvo del uniforme y enfiló hacia la salida por el estrello pasillo que formaban las hileras de estanterías. No había llegado al final de las susodichas cuando oyó como se abría la puerta de la sala. Se mantuvo estático y aguantado la respiración sin hacer el menor ruido para no llamar la atención de la persona que acaba de entrar, si resultaba ser su capitán todo su plan evasivo se habría venido abajo sin poder hacer nada para remediarlo.

Renji pov.

─ ¿Renji estás ahí?─ Ufff, menos mal, no es el Kuchiki que me temía.

─ Rukia, estoy en la tercera fila.─ Le grito para que me sitúe entre el laberinto de archivadores y estanterías.

─ Ya era hora de que te encontrara, llevo buscándote desde que ha terminado la reunión de esta tarde. Menos mal que Miroku-san me ha dicho que te encontrabas aquí.─ No he caído en la cuenta que alguno de los oficiales de nuestra división si saben que iba a estar ordenando este sitio, solo espero que Kuchiki-taicho no se cruce con ellos y logre averiguarlo.

─ ¿Y para qué me quieres con tanta urgencia? ¿Ha pasado algo?─ La pregunto cuándo por fin llega a mi lado.

─ Solo quiero hablar un rato contigo, desde que nos separamos en Hueco Mundo no he tenido la oportunidad de verte y lo cierto es que estoy muy preocupada por ti.─ Solo hay que mirarla a la cara para ver que es cierto, será tonta. Siempre se preocupa demasiado por los demás.

─ Estoy bien, no era necesario que te preocuparas.─ Me pongo a su lado y la revuelvo el pelo con cariño para que pierda esa cara tan triste con la que me observa.

─ Pero Renji tú... Aizen te...─ Maldita sea, está más afectada por lo que pasó que yo y eso sí que me jode. Todos los que saben la verdad de lo sucedido piensan que estoy mal por el encuentro con Aizen pero lo cierto es que eso me da igual, por lo que estoy mal es por los continuos desprecios de mi capitán. Joder, a ver como coño se lo hago ver sin dejar al descubierto mis sentimientos hacía su hermano. Cht.

─ Serás tontita. Estoy bien y lo que ocurrió con ese mal nacido ya es agua pasada. No tienes que preocuparte tanto, ya deberías saber que no soy tan fácil de doblegar. Que he salido indemne de cosas peores en Inuzuri.─ Tampoco me agrada recordar mi pasado en esas calles dejadas de la mano de Kami-sama pero es cierto que lo que sufrí en ellas antes de morir mis amigos fue mucho peor de lo que he pasado como teniente.

─ Precisamente por eso Renji, que ese hombre te hiciera eso te habrá traído malos recuerdos y...

─ déjalo ya ¿Quieres?─ Cuando se pone en plan "no escucho" no hay manera de hacerla salir de sus trece y yo ahora mismo no tengo ganas de andar discutiendo.─ Ok, sí, sí que me ha afectado lo que ha pasado pero no por lo de Aizen en concreto. Han sucedido otras cosas de las que ahora mismo no tengo ganas de hablar y si sigues insistiendo solo vas a conseguir que me sienta peor o que acabemos discutiendo. ¿Podemos dejarlo así? Por favor.─ Le han sorprendido mis palabras y no lo disimula pero parece que si he conseguido convencerla para que desista en su interrogatorio.

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