Capítulo 12

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Capitulo 12

Gin pov

Observo desde mi escondite como Abarai se aleja dando tumbos por la puerta principal de mi antigua división, seguro que ha estado bebiendo con Izuru hasta terminar con todas las existencias de Sake del escuadrón como viene haciendo desde que me marche de su lado. Siento un nudo en el estómago cada vez que pienso en cómo mi adorado rubio se debe de estar sintiendo con mi traición, si tan solo pudiera haberle explicado el porqué de mi comportamiento... Pero ya de nada me vale el lamentarme, solo seguir con el papel que ha tocado representar en esta función.

Dudo unos momentos antes de tomar una decisión ya que hace bastante que debería haber vuelto a Hueco Mundo para terminar por colarme por uno de los laterales de los jardines que da paso a los dormitorios de los oficiales. En estos momentos agradezco enormemente los brazaletes que ha diseñado Urahara especialmente para mí que esconden por completo el riatsu sin llegar a sellarlo para que pudiera moverme libremente por los tres mundos sin levantar sospechas en ninguno. El maldito de Aizen hace varios días que me vigila más de cerca, no sé si ya me ha descubierto y está jugando conmigo o solo son imaginaciones mías pero ahora no es el momento de darle vueltas a eso.

Sigilosamente me escurro entre las sombras has dar con el shōji de Izuru. Me detengo unos instantes meditando la imprudencia que voy a cometer y los pros y contras para llevarla a cabo. ¡Que se vayan al infierno los contras! Le echo demasiado de menos.

Descorro la puerta y me adentro en las penumbras que inundan la estancia. Madre mía, está todo hecho un desastre, con ropa sucia tirada por el suelo y una cantidad indecente de botellas de Sake regadas por todos lados, no parece la habitación de mi niño, siempre impecable y con todo en su sitio. Confirmo mis sospechas sobre su estado al acercarme al futón donde duerme y arrugo el entrecejo al verle que incluso estando dormido su rostro no ha perdido el halo de profunda tristeza que desde que le abandoné siempre le acompaña. No puedo con ello, no soporto el verle así. Creí que mi corazón y mi alma estaban preparados para pasar esta dura prueba. Llevaba preparándome para esto desde mi más tierna infancia cuando Aizen me reclutó y comenzó con sus experimentos, daba por sentado que me endurecería lo suficiente como para mantener mi fachada de indiferencia hacia los demás, claro, que por aquel entonces no contaba con que apareciera este ángel en mi vida para ponerla patas arriba.

Me acerco hasta quedar semi recostado a su lado y le observo durante unos momentos, está de costado y abrazado a su almohada con el flequillo despeinado cubriendo por completo sus ojos. Puedo apreciar que ha estado llorando por los rastros que han dejado las lágrimas secas en sus mejillas. Con cuidado de no despertarlo retiro su pelo a un lado y acaricio su rostro mientras que me voy cercando a sus labios para juntarlos con los míos. Casi había olvidado su sabor, como este enturbia mis sentidos hasta hacerme perder toda cautela. Me vuelvo a incorporar lo justo para deshacerme de mis vestimentas y ya estando desnudo me meto debajo de las sabanas, consigo arrancarle la almohada después de un leve forcejeo (joder, sí que la tenía bien sujeta) y ocupo su puesto junto a mi alma gemela que por suerte aún no se ha despertado.

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Kira pov

Me siento algo mareado y como flotando, seguramente me volví a pasar con la bebida esta noche. Desde que Ichimaru-taicho se marchara he caído en una espiral de la que no me siento con fuerzas ni ganas para salir de ella. Todas y cada una de las noches ahogo mis penas en litros de alcohol intentando mitigar de esta forma el profundo dolor que me come por dentro. No sé si es debido al efecto del Sake ingerido o que estoy teniendo un sueño de esos que llaman lucidos pero al abrir los ojos veo a mi anhelado amor mirándome fijamente con esa sonrisa que tan solo me mostraba a mí.

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