"Adoptarlo"
⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯Estuvimos con Sebastián todo el día a mi me encantó ver lo feliz que T/n era con ese pequeño. Y sinceramente me pareció un niño bastante tierno, tenía un gran apego con T/n.
La hora de irnos fue un poco triste el pequeño no quería que nos fuéramos y nos súplicaba que nos quedáramos más tiempo con el pero las reglas del orfanatorio eran algo estrictas.
Durante el camino note a T/n muy callada y desanimada.
-Qué pasa amor? -tome su mano
-Es solo que.... -suspira -Me hubiera gustado estar más tiempo con Sebastián.
-Es un buen niño y me recuerda a mi sabes -sonríe
-Es encantador.
Llegamos a su casa, ella no volvería a nuestra casa hasta que estuviéramos casados o al menos eso querían sus padres.
-Te amo mucho mi amor -dije abrazándola.
-Y yo a ti Marvolin.
Nos separamos un poco y me acerque para besarla, nos separamos por la falta de aire. Nos despedimos y me asegure que entrará a su casa.
Me fui a la casa, llegué y me metí a bañar para poder dormir mejor. Toda la noche estuve pensando en lo feliz que era T/n con Sebastián y sinceramente a mi me causó mucha ternura aquel pequeño. Había algo especial en el, además a mi me hubiera gustado que alguien como mi pequeña me hubiera tratado de esa forma y sentirme querido por alguien.
Y si le proponía a T/n que adoptaramos a Sebastián, creo que es algo que a ambos nos ayuda a olvidar los malos recuerdos. Nos traía alegría ese pequeño.
..
Después de pensarlo muchísimo decidí que le propondría lo de la adopción. Un niño en casa no nos vendría mal, cumplir nuestro sueño de ser padres me encantaba.
Me duche rápido y me arregle, estaba emocionado y un poco nervioso. Salí para su casa. Llegué y me recibió el señor Gellert.
-Tom -estrechamos las manos -Cómo estás?
-Pues voy recuperándome poco a poco, vine a hablar con T/n de algo muy importante.
-Pues creo que sigue acostada, a veces se deprime.
-Me lo imaginó, puedo subir a verla?
-Claro, ya sabes cual es su habitación -dijo el señor Gellert.
Subi a verla, cuando entre a su habitación la vi acostada aún, en sus manos traía ropa de bebé. Me provocó un nudo en la garganta.
-Hola mi amor -me acerque y me senté en la orilla de la cama.