No Promises ||James Potter|| ✔️

10. Estoy derrotada

2 de enero de 1979

Amelie Rosier

Estaba realmente agotada, todos los días eran los mismos de siempre. La boda sería justo después de que Reg saliera de Hogwarts, aunque amabas querían adelantarlo, pero Regulus pidió acabar Hogwarts, así que se lo concedieron, porque estaba cumpliendo con las órdenes.

En mi caso las cosas estaban un poco más complicadas, había perdido peso y ya no me sentía para nada yo. Estaba ocupada escapando de su madre y de la mía, pero las cosas cada vez iban a peor y mamá había recurrido a los castigos.

No iba a negarlo, últimamente había pensado seriamente en un tema demasiado fuerte y que no tenía el valor para hacerlo, aunque no siempre era así.

Quería quitarme la vida.

No quería todo esto y sabía que yo ya no tendría un final feliz por mucho que lo intentara estaba condenada. 

Ya no tenía caso seguir luchando por todo esto, sabía que dejaría a mucha gente atrás, sabía que no era la solución, pero yo ya me sentía muerta, me sentía muerta en vida.

No quería seguir con esto, no quería casarme si no era con James, no quería ser infeliz toda mi vida, ni mucho menos aguantar todo este dolor que estaba sintiendo.

Era cobarde lo que quería hacer, pero el dolor que sentía era horrible y ya no quería sentir nada más, tal vez si estuviera muerta podría estar en paz de una vez.

Quería ser feliz y siendo una Rosier eso nunca era una opción y no quería seguir los pasos de mi familia ni mucho menos. 

Siempre había estado en su contra, pero tuve que fingir para que no me fuera peor, porque sabía que utilizarían a Evan, sabían que yo amaba demasiado a mi hermano, amaba demasiado a Reg, pero sobre todo amaba a James con toda mi alma.

Tal vez lo mejor si era no estar más en este mundo, tal vez les hiciera un favor a mi familia, al igual que a la familia de Regulus. Sabía que la madre de Reg no me toleraba y cuanto más lejos estuviera de su hijo, mejor para ella.

Así que estaba segura de que a la primera que le alegraría la noticia seria a Walburga Black. No dejaba de verme con mala cara y a pesar de que hiciera todo para contentarla, nunca era suficiente.

No iba a seguir mucho más con esto, porque me estaba dando cuenta que nunca sería suficiente para nadie. Por mucho que hiciera las cosas como ellos querían, nunca estaría bien, ¿así que por qué seguía intentándolo?

Ahora me encontraba en mi habitación, por obvias razones seguíamos en la casa de los Black, pero papá había insistido en pasar unos días en nuestra casa, así que estaba guardando algunas cosas para irnos hoy.

Necesitaba eliminar todo este dolor que estaba sintiendo de una vez por todas, pero no sabía de qué otras formas hacerlo, esta era la única en la que podría hacerlo.

Suspiré y seguí guardando algunas pocas cosas que me quedaban.

Al terminar mi hermano apareció sin decir nada, llevábamos semanas sin hablarnos y no sabía el motivo del porqué. No sabía que le había hecho mal, pero tampoco hablaría con él porque cada vez que lo intentaba, él me ignoraba y se iba rápidamente.